Ficha de partido
Valencia CF
1 - 1
Schalke 04
Equipos titulares
Sustituciones
Timeline del partido
Inicio del partido
0'
Mulder
18'
Eigenrauch
22'
Patxi Ferreira
39'
Antonio Poyatos
40'
Antonio PoyatosAsist: Enrique Romero
45'
Descanso
45'
Goran VlaovicXabier Eskurza
55'
Iván CampoFernando Cáceres
55'
Jose Ignacio SáenzFernando Gómez
55'
DooleyLatal
68'
Jose Ignacio Sáenz
78'
AndrebruggMax
87'
WagnerBuskens
90'
Final del partido
91'
Estadio
Rival: Schalke 04
Records vs Schalke 04
Máximo goleador: Roberto Gil (2 goles)
Goleador rival: Farfán (2 goles)
Más partidos: Miguel Brito (3 partidos)
Mayor victoria: 1 - 0 (18.09.2007)
Mayor derrota: 0 - 2 (04.03.1997)
Más repetido: 1-1 (2 veces)
Crónica
Antes del encuentro, el Valencia necesitaba un milagro para eliminar al Schalke; a los 15 minutos, necesitaba dos. El equipo de Valdano recibió ayer el penúltimo sopapo de la temporada, se quedó casi sin habla ante el sobrio rival alemán y deberá conceder desde ahora y hasta junio toda su sangre a la Liga. Adiós, pues, a la Copa de la UEFA y adiós a un montón de sueños vendidos de antemano.
Lejos de presentarse como un conjunto aguerrido, con las bandas bien afiladas y hurgar en los envíos para y desde los costados, el Valencia se perdió en el centro del campo en donde el conjunto alemán llevó siempre las de romper y las de ganar. El Valencia intentaba entrar por el centro, con Eskurza en una posición nada natural; la obsesión en ello hizo adelantar líneas y Fernando disponía de muy pocas ayudas a la salida del área de Zubizarreta. En una de ésas llegó el robo de balón de Mulder, que se metió hasta el área y lanzó un derechazo imparable.
El Valencia perdió grados, fe y fuerzas de golpe, pero aprovechó para ganar un poco de control. Al filo del descanso, Romero sacó una falta desde la banda derecha (a unos 20 metros de la esquina): el balón voló hasta que Poyatos, el jugador más impertinente ayer de su equipo, cabeceó a las redes. Golazo y guiño a las gradas. El Valencia había mandado un solo balón a la olla y había logrado un gol. El libro de estilo de toda remontada indica eso de explotar las bandas, y el conjunto levantino no lo había hecho.
O Valdano se equivocó mucho en sus planteamientos iniciales o quiso pasar a la historia: transcurridos siete minutos de la reanudación, se inventó un triple cambio para lavarle la cara a su equipo. Llegaron oportunidades (una de Vlaovic muy clara), pero el partido se fue rompiendo rápidamente: las ocasiones locales eran contrarrestadas con otras visitantes; y en medio de ésas, la solvencia de los centrocampistas y defensas alemanes. Al partido le faltó en todo momento la vibración de un encuentro europeo y, desde luego, se pareció a todo menos a un duelo con magia. El Valencia tenía que haber buscado con más corazón, tal y como pidió Valdano, el segundo gol para que el resto llegara por su propio peso. Que el mejor hombre en ataque fuese Ferreira dice mucho del perfil austero de otros jugadores que debieron mirar al frente con otros ojos.
Jorge Valdano afirmó al final del partido que el gol encajado «nos sumió en un estado de desesperanza para todos». La eliminatoria, según él, se perdió en la ida: «Allí el juego fue muy igualado y el resultado tuvo que ser de empate a 1 y perdimos 2-0». Valdano aludió al gol encajado. «El tanto sirvió para que el Valencia empezara a jugar más con el corazón que con la cabeza». Destacó la defensa alemana. «Son muy seguros y fuimos por donde a ellos siempre les convino. Forman un equipo muy hecho y a partir del centro del campo resultan muy difíciles de pasar». Para hablar de la situación de su actual club, se limitó a pronunciar una frase: «El Valencia está en una crisis de necesidad permanente».
Lejos de presentarse como un conjunto aguerrido, con las bandas bien afiladas y hurgar en los envíos para y desde los costados, el Valencia se perdió en el centro del campo en donde el conjunto alemán llevó siempre las de romper y las de ganar. El Valencia intentaba entrar por el centro, con Eskurza en una posición nada natural; la obsesión en ello hizo adelantar líneas y Fernando disponía de muy pocas ayudas a la salida del área de Zubizarreta. En una de ésas llegó el robo de balón de Mulder, que se metió hasta el área y lanzó un derechazo imparable.
El Valencia perdió grados, fe y fuerzas de golpe, pero aprovechó para ganar un poco de control. Al filo del descanso, Romero sacó una falta desde la banda derecha (a unos 20 metros de la esquina): el balón voló hasta que Poyatos, el jugador más impertinente ayer de su equipo, cabeceó a las redes. Golazo y guiño a las gradas. El Valencia había mandado un solo balón a la olla y había logrado un gol. El libro de estilo de toda remontada indica eso de explotar las bandas, y el conjunto levantino no lo había hecho.
O Valdano se equivocó mucho en sus planteamientos iniciales o quiso pasar a la historia: transcurridos siete minutos de la reanudación, se inventó un triple cambio para lavarle la cara a su equipo. Llegaron oportunidades (una de Vlaovic muy clara), pero el partido se fue rompiendo rápidamente: las ocasiones locales eran contrarrestadas con otras visitantes; y en medio de ésas, la solvencia de los centrocampistas y defensas alemanes. Al partido le faltó en todo momento la vibración de un encuentro europeo y, desde luego, se pareció a todo menos a un duelo con magia. El Valencia tenía que haber buscado con más corazón, tal y como pidió Valdano, el segundo gol para que el resto llegara por su propio peso. Que el mejor hombre en ataque fuese Ferreira dice mucho del perfil austero de otros jugadores que debieron mirar al frente con otros ojos.
Jorge Valdano afirmó al final del partido que el gol encajado «nos sumió en un estado de desesperanza para todos». La eliminatoria, según él, se perdió en la ida: «Allí el juego fue muy igualado y el resultado tuvo que ser de empate a 1 y perdimos 2-0». Valdano aludió al gol encajado. «El tanto sirvió para que el Valencia empezara a jugar más con el corazón que con la cabeza». Destacó la defensa alemana. «Son muy seguros y fuimos por donde a ellos siempre les convino. Forman un equipo muy hecho y a partir del centro del campo resultan muy difíciles de pasar». Para hablar de la situación de su actual club, se limitó a pronunciar una frase: «El Valencia está en una crisis de necesidad permanente».