Ficha de partido
Rayo Vallecano
3 - 2
Valencia CF
Equipos titulares
2
3
Sustituciones
Timeline del partido
Inicio del partido
0'
Paco Camarasa
12'
Palacios
30'
Xabier Eskurza
31'
Antonio PoyatosXabier Eskurza
32'
Iomar Mazinho
40'
Descanso
45'
José Manuel Sietes
46'
AquinoJosemi
52'
Aquino
53'
Iñaki HurtadoPepe Gálvez
55'
Pedja Mijatovic (Pen.)
58'
Antonio Poyatos
61'
Vicente EngongaFernando Gómez
62'
Pedja MijatovicAsist: José Manuel Sietes
74'
Antonio Poyatos
75'
CalderónPalacios
76'
Onésimo
79'
Onésimo
80'
Paco Camarasa
82'
Calderón
85'
AlcazarGuilherme
89'
Final del partido
90'
Estadio
Rival: Rayo Vallecano
Records vs Rayo Vallecano
Máximo goleador: Jonas Gonçalves (4 goles)
Goleador rival: Ninguno
Más partidos: Fernando Gómez (10 partidos)
Mayor victoria: 7 - 0 (08.04.1978)
Mayor derrota: 0 - 3 (11.12.1977)
Más repetido: 1-0 (7 veces)
Crónica
El Rayo Vallecano venció al Valencia CF por tres goles a dos en partido disputado en el campo de Vallecas y correspondiente al Campeonato de Liga. El Valencia tenía ganado, sin hacer gran cosa, el partido cuando sólo quedaban quince minutos para el final y el Rayo empezaba a dar síntomas de desaliento, con inclinación a lanzar la toalla. Los valencianistas presentes en Vallecas se disponían a disfrutar del triunfo y estaban viviendo momentos de euforia. Todo estaba del lado del Valencia hasta que una inexplicable cadena de errores trajo consigo que se escapase y, lo que es peor, se pierda para recibir al Real Madrid a Poyatos y Camarasa.
Poyatos es todo corazón, entrega, lucha pero sin calidad alguna. Intentó frenar por las buenas a Onésimo y éste, entre la habilidad que le caracteriza y su inclinación a escenificar acciones teatrales, desestabilizó por completo a los unos y a los otros. Con la expulsión de Poyatos llegaron todos los males. El Rayo se creció y obtuvo el primer triunfo de la temporada. Hasta el momento, en cuatro partidos había marcado dos goles, pero ayer hizo tres.
Pese a encajar tres tantos, Andoni Zubizarreta fue de lo mejor de su equipo. La primera parte que cuajó fue excelente. Sus intervenciones, entre los tres palos, evitaron en la primera media hora, que Guilherme, en dos ocasiones, Cortijo y De Quintana, humillasen con sus disparos al cuadro entrenado por Luis Aragonés. Como contrapartida tuvo que ser Camarasa el que protagonizara el único disparo de la mañana, sin embargo, Wilfred no tuvo problema alguno para hacerse con el balón.
Se mejoró, es cierto, en la segunda fase, pero sin capacidad de hacer daño en los metros finales. Tuvo que ser Sietes, en la única jugada que le salió bien, quien entregase el bálón a Mijatovic para que adelantase a su equipo. Mijatovic se olvidó de la extraordinaria asistencia de Sietes y se fue como una flecha a celebrar el gol en la zona de la grada donde se encontraban unos trescientos seguidores. Fue un feo gesto, pero acostumbrado nos tiene a hacer valer sus hechos por encima del colectivo. Es egoista. Sietes se quedó parado. A pesar de los dos goles marcados, uno de penalty, a Mijatovic hay que exigirle mayor participación en el juego, menos gestos y más hechos. Está capacitado para ello. Se trata del jugador llamado a desequilibrar.
El Rayo está conformado por un equpo con aspiraciones de permanencia, y ayer le dio una lección al Valencia. Tuvo en Onésimo a su jugador estrella, hábil, teatrero, genial e individualista, pero capaz de amargar a quien se le ponga por delante. Ferreira sufrió y precisó de la ayuda de Sietes. Onésimo condujo a su equipo al primer triunfo de la temporada. El Valencia, cuando tiene que crear, a pesar de Fernando y José Ignacio, dibuja en el horizonte excesivos problemas. En realidad, cada balón que se le entrega a Otero, Ferreira, Poyatos y Sietes, equivale a perderlo. Así, es muy difícil constriur.
Poyatos es todo corazón, entrega, lucha pero sin calidad alguna. Intentó frenar por las buenas a Onésimo y éste, entre la habilidad que le caracteriza y su inclinación a escenificar acciones teatrales, desestabilizó por completo a los unos y a los otros. Con la expulsión de Poyatos llegaron todos los males. El Rayo se creció y obtuvo el primer triunfo de la temporada. Hasta el momento, en cuatro partidos había marcado dos goles, pero ayer hizo tres.
Pese a encajar tres tantos, Andoni Zubizarreta fue de lo mejor de su equipo. La primera parte que cuajó fue excelente. Sus intervenciones, entre los tres palos, evitaron en la primera media hora, que Guilherme, en dos ocasiones, Cortijo y De Quintana, humillasen con sus disparos al cuadro entrenado por Luis Aragonés. Como contrapartida tuvo que ser Camarasa el que protagonizara el único disparo de la mañana, sin embargo, Wilfred no tuvo problema alguno para hacerse con el balón.
Se mejoró, es cierto, en la segunda fase, pero sin capacidad de hacer daño en los metros finales. Tuvo que ser Sietes, en la única jugada que le salió bien, quien entregase el bálón a Mijatovic para que adelantase a su equipo. Mijatovic se olvidó de la extraordinaria asistencia de Sietes y se fue como una flecha a celebrar el gol en la zona de la grada donde se encontraban unos trescientos seguidores. Fue un feo gesto, pero acostumbrado nos tiene a hacer valer sus hechos por encima del colectivo. Es egoista. Sietes se quedó parado. A pesar de los dos goles marcados, uno de penalty, a Mijatovic hay que exigirle mayor participación en el juego, menos gestos y más hechos. Está capacitado para ello. Se trata del jugador llamado a desequilibrar.
El Rayo está conformado por un equpo con aspiraciones de permanencia, y ayer le dio una lección al Valencia. Tuvo en Onésimo a su jugador estrella, hábil, teatrero, genial e individualista, pero capaz de amargar a quien se le ponga por delante. Ferreira sufrió y precisó de la ayuda de Sietes. Onésimo condujo a su equipo al primer triunfo de la temporada. El Valencia, cuando tiene que crear, a pesar de Fernando y José Ignacio, dibuja en el horizonte excesivos problemas. En realidad, cada balón que se le entrega a Otero, Ferreira, Poyatos y Sietes, equivale a perderlo. Así, es muy difícil constriur.