Ficha de partido
Boavista FC
1 - 0
Valencia CF
Equipos titulares
5
11
Sustituciones
Timeline del partido
Inicio del partido
0'
Diamantinho
11'
Daniel Solsona
39'
Barbosa IIAilton
45'
CoelhoQueiro
45'
Descanso
45'
Roberto FernándezFrank Arnesen
45'
Eliseu
62'
Final del partido
90'
Estadio
Rival: Boavista FC
Records vs Boavista FC
Máximo goleador: Roberto Fernández (2 goles)
Goleador rival: Ailton (2 goles)
Más partidos: Ángel Castellanos (4 partidos)
Mayor victoria: 2 - 0 (21.10.1981)
Mayor derrota: 0 - 1 (04.11.1981)
Más repetido: 0-1 (1 veces)
Crónica
Campo lleno y una recaudación de ocho millones de pesetas, siete veces superior a la habitual en un partido de Liga, con el aforo completo, y una tarde calurosa que hizo pesadas las piernas de los jugadores.
El Valencia supo administrar la ventaja de dos goles que traía de su campo del partido de ida, para eliminar al Boavista al perder sólo por 1-0 en el partido de vuelta de la segunda eliminatoria de la Copa de la UEFA. Pasieguito, el entrenador valenciano, planteó el partido para lograr, al menos, un gol que diera tranquilidad a su equipo y dejara resuelta la eliminatoria. Pero aunque los jugadores españoles supieron crear numerosas oportunidades de gol, no consiguieron perforar la puerta del Boavista. Por el contrario, un Sempere con manos de trapo, sobre todo en el primer tiempo, un Tendillo irregular y un Botubot fallón en la defensa hicieron temer una derrota abultada.
La primera oportunidad desperdiciada por el Valencia de lograr el gol que le hubiera garantizado la calificación para la siguiente ronda de la Copa de la UEFA sin agobios la desperdició Welzl cuando, sin que hubiera, transcurrido ni un minuto de juego, se encontró solo ante el portero en el punto de penalty e hizo lo más difícil: mandar el balón al cielo en vertical. El gol del Boavista y único del partido llegó en el minuto once. Diamantino, al que, ni Botubot ni Tendillo hábían conseguido todavía sujetar, cedio un balón a Palahres que dribló a tres hombres del Valencia, hasta que Botubot lo detuvo en falta a tres metros del centro de su área.
El propio Diamantinho pegó fuerte a la pelota, que rebasó la barrera y se coló a media altura por el centro de la portería, mientras Sempere hacía la estatua. Aunque desde las gradas no se vio, Saura dijo después que el balón le había rozado y Sempere se excusó diciendo que la pelota tomó un efecto extraño que lo despistó. Parte del éxito del Valencia se debió a que, marcando por zonas, supo anular a Ailton, el habitual cerebro del Boavista que hoy pasó desapercibido.
Al final del partido, Pasieguito dijo que un resultado normal hubiera sido una victoria de su equipo por 2-3 y reconoció que sus jugadores «como siempre» crean numerosas oportunidades que en raras ocasiones materializan. Como reflejo de ese juego de ataque desarrollado hoy por el Valencia, son de señalar los once saques de esquina que forzó por solamente cinco del Boavista. Casi todas las ocasiones de peligro llegaron en jugadas del extremo Pablo, al que sin embargo su línea de medios no supo darle los balones que pedía y que tuvo que ir a buscar, sobre todo en el segundo tiempo, en la banda contraria.
El entrenador del Boavista, Mario Lino, admitió que la capacidad ofensiva del Valencia le tenía preocupado. A pesar de que su equipo estuvo 79 minutos a punto de forzar un desempate en la eliminatoria, no se atrevió a dar instrucciones a sus jugadores para que pasaran abiertamente al ataque. El Valencia es un equipo al que no se puede jugar sin preocupaciones defensivas, dijo al final del partido. Los dos entrenadores coincidieron en que el arbitraje del checo Christov, que en el segundo tiempo supo cortar radicalmente brotes de juego duro y mostró tarjetas amarillas a Solsona y Eliseu, fue impecable.
El Valencia supo administrar la ventaja de dos goles que traía de su campo del partido de ida, para eliminar al Boavista al perder sólo por 1-0 en el partido de vuelta de la segunda eliminatoria de la Copa de la UEFA. Pasieguito, el entrenador valenciano, planteó el partido para lograr, al menos, un gol que diera tranquilidad a su equipo y dejara resuelta la eliminatoria. Pero aunque los jugadores españoles supieron crear numerosas oportunidades de gol, no consiguieron perforar la puerta del Boavista. Por el contrario, un Sempere con manos de trapo, sobre todo en el primer tiempo, un Tendillo irregular y un Botubot fallón en la defensa hicieron temer una derrota abultada.
La primera oportunidad desperdiciada por el Valencia de lograr el gol que le hubiera garantizado la calificación para la siguiente ronda de la Copa de la UEFA sin agobios la desperdició Welzl cuando, sin que hubiera, transcurrido ni un minuto de juego, se encontró solo ante el portero en el punto de penalty e hizo lo más difícil: mandar el balón al cielo en vertical. El gol del Boavista y único del partido llegó en el minuto once. Diamantino, al que, ni Botubot ni Tendillo hábían conseguido todavía sujetar, cedio un balón a Palahres que dribló a tres hombres del Valencia, hasta que Botubot lo detuvo en falta a tres metros del centro de su área.
El propio Diamantinho pegó fuerte a la pelota, que rebasó la barrera y se coló a media altura por el centro de la portería, mientras Sempere hacía la estatua. Aunque desde las gradas no se vio, Saura dijo después que el balón le había rozado y Sempere se excusó diciendo que la pelota tomó un efecto extraño que lo despistó. Parte del éxito del Valencia se debió a que, marcando por zonas, supo anular a Ailton, el habitual cerebro del Boavista que hoy pasó desapercibido.
Al final del partido, Pasieguito dijo que un resultado normal hubiera sido una victoria de su equipo por 2-3 y reconoció que sus jugadores «como siempre» crean numerosas oportunidades que en raras ocasiones materializan. Como reflejo de ese juego de ataque desarrollado hoy por el Valencia, son de señalar los once saques de esquina que forzó por solamente cinco del Boavista. Casi todas las ocasiones de peligro llegaron en jugadas del extremo Pablo, al que sin embargo su línea de medios no supo darle los balones que pedía y que tuvo que ir a buscar, sobre todo en el segundo tiempo, en la banda contraria.
El entrenador del Boavista, Mario Lino, admitió que la capacidad ofensiva del Valencia le tenía preocupado. A pesar de que su equipo estuvo 79 minutos a punto de forzar un desempate en la eliminatoria, no se atrevió a dar instrucciones a sus jugadores para que pasaran abiertamente al ataque. El Valencia es un equipo al que no se puede jugar sin preocupaciones defensivas, dijo al final del partido. Los dos entrenadores coincidieron en que el arbitraje del checo Christov, que en el segundo tiempo supo cortar radicalmente brotes de juego duro y mostró tarjetas amarillas a Solsona y Eliseu, fue impecable.