Ficha de partido
Valencia CF
0 - 4
FC Barcelona
Equipos titulares
Sustituciones
Timeline del partido
Inicio del partido
0'
Stoichkov
30'
Pep Serer
33'
Bakero
34'
Descanso
45'
Pepe GálvezJuan Antonio Pizzi
45'
Ferrer
48'
LaudrupStoichkov
58'
Carlos ArroyoPep Serer
61'
Bakero
74'
Fernando Giner
75'
Sergi
77'
BeguiristainBakero
80'
Amor
83'
Koeman (Pen.)
85'
José Manuel Sempere
86'
Final del partido
90'
Estadio
Rival: FC Barcelona
Records vs FC Barcelona
Máximo goleador: Mundo Suárez (18 goles)
Goleador rival: Messi (31 goles)
Más partidos: Juan Ramón Santiago (36 partidos)
Mayor victoria: 4 - 0 (18.04.1979)
Mayor derrota: 0 - 7 (03.02.2016)
Más repetido: 1-1 (36 veces)
Crónica
Tras tomar el liderato de su grupo en la Copa de Europa, el Barça reaccionó formidablemente en la Liga con un brillante y aplastante triunfo en el Luis Casanova que coloca al Valencia en la UVI, cuando hace tan sólo unas pocas semanas ocupaba el primer puesto de la tabla.
Dos goles en tres minutos sentenciaron la suerte del encuentro. Stoichkov y Bakero, mediado el primer tiempo, tiñeron de azulgrana el choque que, curiosamente, comenzó con un susto mayúsculo para el marco azulgrana tras un despiste defensivo que permitió a Fernando rematar a puerta vacía, pero Ferrer salvó sobre la línea de meta lo que parecía el inevitable 1-0. En el segundo tiempo, el Barça redondeó la goleada con un nuevo remate de Bakero a la red tras servicio de Ivan, y un claro penalty sobre Romario que transformó Koeman para rendondear un 0-4 que rozó lo histórico estableciendo un récord azulgrana en el Luis Casanova.
El Barça no sólo mejoró el reciente triunfo (0-3) del Madrid en este mismo escenario sino que sumó dos positivos de forma mucho más cómoda que la pasada temporada aunque con un denominado cromún: Bakero, autor esta vez de dos goles, volvió a ser un protagonist aclave. Cruyff planteó el partido con la reparación de Romario y la más inesperada presencia de Ivan en lugar de Begiristain con relación al reciente euro-partido frente al Mónaco.
La Romarioo-dependencia no fue esta vez ningún obstáculo para el rendimiento del once barcelonista sino una auténtica pesadilla para su rival, un Valencia que tenía bien presente el recital del brasileño con el PSV con ocasión del encuentro amistoso en homenaje a Mario Kempes. Precisamente Romario fue el que dio el primer aviso al meta Sempere con un gran remate por bajo que se estrelló en la base del poste.
Poco después, entre Giner y Serer lo derribaron dentro del área sin que el árbitro se diera por enterado, pero cuando más pendiente estaba la defensa valencianista de las acciones del brasileño, apareció la figura de Stoichkov por la banda derecha sorprendiendo a todos con un remate por bajo casi sin ángulo y con su pierna diestra.
Sempere esperaba un centro y encontró el balón en el fondo de su portería. A partir de entonces, todo fue coser y cantar. El cuadro valencinista estuvo a punto de hacerse un auto-gol en la jugada siguiente, y a continuación, Bakero culminó una gran acción colectiva que comenzó con un pase en profundidad de Koeman y siguió con una cesión de Romario de cabeza hacia atrás para que Bakero alojara el esférico lejos del alcance del meta valencianista.
Antes del descanso, el árbitro pasó por alto una posible mano de Koeman dentro del área y anuló un gol a Fernando por fuera de juego, pero ninguna de las dos acciones respondió a la reacción de un Valencia que jugó siempre encogido y acomplejado sin sacar partido a la superioridad física de sus hombres de vanguardia y que renunció por completo a canalizar sus acciones de peligro por las bandas, lo que facilitó la tarea de contención del cuadro catalán.
El Barcelona ganó también la partida en los marcajes y en la zona ancha donde su fútbol-control hizo estragos, con una absoluta superioridad frente a un rival incapaz de inquietar las evoluciones de los barcelonistas. Tras el descanso, el Barça agudizó el control del juego tomando menos riesgos y desacelerando el ritmo de sus acciones, pero el Valencia tampoco encontró la fórmula para inquietar a Zubizarreta. Laudrup y Txiki entraron como piezas de refresco, pero sin modificar nunca un esquema que funcionó a las mil maravillas, esta vez a la nueva usanza que impone la figura de Romario como ariete convencional. El brasileño fue el elemento desestabilizador, no por sus goles esta vez, pero si por su movilidad y la gran inquietud que sembró en la cobertura rival. La brega de los Amor, Sergi, Ferrer, Guardiola hicieron el resto mientras que Koeman fue un auténtico baluarte defensivo, donde Ferrer y Goikoetxea corrieron con el trabajo de los marcajes a las anoche muy apagadas estrellas del conjunto valencianista, en franco declive.
Los últimos compases del partido fueron los más vivos con un nuevo gol de Bakero, la expulsión que el árbitro perdonó a Serer por una fea acción junto a la banda sobre un jugador azulgrana, la tarjeta roja al meta Sempere tras derribar a Romario dentro del área y el cuarto gol de Koeman, que llegó desde el punto de penalty mientras la afición local vivía ya los últimos compases girada hacia el palco y descargando toda su ira sobre los actuales consejeros del club. El contrapunto fue el de los jugadores azulgrana saludando y agradeciendo al grupo de seguidores barcelonistas su presencia y aliento en el Luis Casanova donde anoche vivimos una victoria de escándalo y auténticamente histórica.
Dos goles en tres minutos sentenciaron la suerte del encuentro. Stoichkov y Bakero, mediado el primer tiempo, tiñeron de azulgrana el choque que, curiosamente, comenzó con un susto mayúsculo para el marco azulgrana tras un despiste defensivo que permitió a Fernando rematar a puerta vacía, pero Ferrer salvó sobre la línea de meta lo que parecía el inevitable 1-0. En el segundo tiempo, el Barça redondeó la goleada con un nuevo remate de Bakero a la red tras servicio de Ivan, y un claro penalty sobre Romario que transformó Koeman para rendondear un 0-4 que rozó lo histórico estableciendo un récord azulgrana en el Luis Casanova.
El Barça no sólo mejoró el reciente triunfo (0-3) del Madrid en este mismo escenario sino que sumó dos positivos de forma mucho más cómoda que la pasada temporada aunque con un denominado cromún: Bakero, autor esta vez de dos goles, volvió a ser un protagonist aclave. Cruyff planteó el partido con la reparación de Romario y la más inesperada presencia de Ivan en lugar de Begiristain con relación al reciente euro-partido frente al Mónaco.
La Romarioo-dependencia no fue esta vez ningún obstáculo para el rendimiento del once barcelonista sino una auténtica pesadilla para su rival, un Valencia que tenía bien presente el recital del brasileño con el PSV con ocasión del encuentro amistoso en homenaje a Mario Kempes. Precisamente Romario fue el que dio el primer aviso al meta Sempere con un gran remate por bajo que se estrelló en la base del poste.
Poco después, entre Giner y Serer lo derribaron dentro del área sin que el árbitro se diera por enterado, pero cuando más pendiente estaba la defensa valencianista de las acciones del brasileño, apareció la figura de Stoichkov por la banda derecha sorprendiendo a todos con un remate por bajo casi sin ángulo y con su pierna diestra.
Sempere esperaba un centro y encontró el balón en el fondo de su portería. A partir de entonces, todo fue coser y cantar. El cuadro valencinista estuvo a punto de hacerse un auto-gol en la jugada siguiente, y a continuación, Bakero culminó una gran acción colectiva que comenzó con un pase en profundidad de Koeman y siguió con una cesión de Romario de cabeza hacia atrás para que Bakero alojara el esférico lejos del alcance del meta valencianista.
Antes del descanso, el árbitro pasó por alto una posible mano de Koeman dentro del área y anuló un gol a Fernando por fuera de juego, pero ninguna de las dos acciones respondió a la reacción de un Valencia que jugó siempre encogido y acomplejado sin sacar partido a la superioridad física de sus hombres de vanguardia y que renunció por completo a canalizar sus acciones de peligro por las bandas, lo que facilitó la tarea de contención del cuadro catalán.
El Barcelona ganó también la partida en los marcajes y en la zona ancha donde su fútbol-control hizo estragos, con una absoluta superioridad frente a un rival incapaz de inquietar las evoluciones de los barcelonistas. Tras el descanso, el Barça agudizó el control del juego tomando menos riesgos y desacelerando el ritmo de sus acciones, pero el Valencia tampoco encontró la fórmula para inquietar a Zubizarreta. Laudrup y Txiki entraron como piezas de refresco, pero sin modificar nunca un esquema que funcionó a las mil maravillas, esta vez a la nueva usanza que impone la figura de Romario como ariete convencional. El brasileño fue el elemento desestabilizador, no por sus goles esta vez, pero si por su movilidad y la gran inquietud que sembró en la cobertura rival. La brega de los Amor, Sergi, Ferrer, Guardiola hicieron el resto mientras que Koeman fue un auténtico baluarte defensivo, donde Ferrer y Goikoetxea corrieron con el trabajo de los marcajes a las anoche muy apagadas estrellas del conjunto valencianista, en franco declive.
Los últimos compases del partido fueron los más vivos con un nuevo gol de Bakero, la expulsión que el árbitro perdonó a Serer por una fea acción junto a la banda sobre un jugador azulgrana, la tarjeta roja al meta Sempere tras derribar a Romario dentro del área y el cuarto gol de Koeman, que llegó desde el punto de penalty mientras la afición local vivía ya los últimos compases girada hacia el palco y descargando toda su ira sobre los actuales consejeros del club. El contrapunto fue el de los jugadores azulgrana saludando y agradeciendo al grupo de seguidores barcelonistas su presencia y aliento en el Luis Casanova donde anoche vivimos una victoria de escándalo y auténticamente histórica.