Ficha de partido
Valencia CF
2 - 0
Sevilla FC
Equipos titulares
Sustituciones
Ninguno
Timeline del partido
Inicio del partido
0'
Suker
12'
Tomás González
12'
MonchuPrieto
28'
Jiménez
36'
Martagón
40'
Roberto Fernández
40'
Descanso
45'
Del Campo
49'
Lubo PenevAsist: Voro González
51'
Marcos
51'
Roberto FernándezAsist: Lubo Penev
55'
Carlos Arroyo
62'
CarvajalConte
72'
Leonardo de Araujo
79'
Rafa Paz
80'
Final del partido
90'
Estadio
Rival: Sevilla FC
Records vs Sevilla FC
Máximo goleador: Mundo Suárez (28 goles)
Goleador rival: Campanal (21 goles)
Más partidos: Fernando Gómez (31 partidos)
Mayor victoria: 8 - 0 (17.10.1943)
Mayor derrota: 3 - 10 (13.10.1940)
Más repetido: 2-0 (27 veces)
Crónica
El Valencia logró ayer su pase a los cuartos de final de la Copa del Rey tras imponerse con claridad a un Sevilla que demostró que sin Maradona y Simeone pierde enteros en su juego. El equipo levantino confirmó el dulce momento de juego por el que está atravesando, a pesar de que concentró toda su inspiración en diez minutos mágicos en los que marcó los dos goles que decantaron la eliminatoria a su favor.
La primera parte no tuvo historia. Tanto Guus Hiddink como Carlos Bilardo decidieron reforzar sus respectivas líneas medulares, con lo que gran parte del juego transcurrió en solamente 30 metros. Con estas premisas, ver buen fútbol era imposible. Mientras, Penev y Suker, solos en sus respectivos ataques, pasaban los mismos problemas para recibir balones en condiciones de ser jugados.
La segunda mitad empezó de forma mucho más prometedora. En el segundo minuto, Conte se escapó por la banda y puso un buen balón a Suker que el croata no mandó a la red por poco. Minutos más tarde, la misma jugada se repitió pero en la otra área y con distintós protagonistas. Boro centró para que Penev, sin dejar botar el balón, empalmara en la misma escuadra del marco defendido por Unzué. El meta navarro no pudo hacer nada para impedir un soberbio golazo que provocó el flamear pañuelos en las repletas gradas de Mestálla. No transcurrieron ni cinco minutos cuando el ex-barcelonista Roberto marcaba el gol de la tranquilidad para un Valencia que se había olvidado de los titubeos iniciales para realizar un fútbol alegre.
En ese momento, el Sevilla ya había abandonado casi por completo la lucha por remontar la eliminatoria. Si anteriormente se había concentrado en tareas destructivas con relativo éxito, cuando le tocó volcarse hacia el marco de Sempere en busca de goles no supo más que bombear balones de forma desordenada. Baste decir que los de Bilardo no mandaron ni un solo balón entre los tres palos.
La primera parte no tuvo historia. Tanto Guus Hiddink como Carlos Bilardo decidieron reforzar sus respectivas líneas medulares, con lo que gran parte del juego transcurrió en solamente 30 metros. Con estas premisas, ver buen fútbol era imposible. Mientras, Penev y Suker, solos en sus respectivos ataques, pasaban los mismos problemas para recibir balones en condiciones de ser jugados.
La segunda mitad empezó de forma mucho más prometedora. En el segundo minuto, Conte se escapó por la banda y puso un buen balón a Suker que el croata no mandó a la red por poco. Minutos más tarde, la misma jugada se repitió pero en la otra área y con distintós protagonistas. Boro centró para que Penev, sin dejar botar el balón, empalmara en la misma escuadra del marco defendido por Unzué. El meta navarro no pudo hacer nada para impedir un soberbio golazo que provocó el flamear pañuelos en las repletas gradas de Mestálla. No transcurrieron ni cinco minutos cuando el ex-barcelonista Roberto marcaba el gol de la tranquilidad para un Valencia que se había olvidado de los titubeos iniciales para realizar un fútbol alegre.
En ese momento, el Sevilla ya había abandonado casi por completo la lucha por remontar la eliminatoria. Si anteriormente se había concentrado en tareas destructivas con relativo éxito, cuando le tocó volcarse hacia el marco de Sempere en busca de goles no supo más que bombear balones de forma desordenada. Baste decir que los de Bilardo no mandaron ni un solo balón entre los tres palos.