Ficha de partido: 19.09.1976: Valencia CF 4 - 1 RCD Espanyol

Ficha de partido

Valencia CF
Valencia CF
4 - 1
RCD Espanyol
RCD Espanyol

Equipos titulares

Timeline del partido

escudo local
Inicio del partido
0'
escudo visitante
Caszely
12'
Lobo Diarte (Pen.)
15'
Jesús Martínez
27'
De Felipe
37'
Ángel Castellanos
40'
Descanso
45'
Lobo Diarte
46'
JeremíasJosé Manuel
65'
Mario KempesAsist: Johnny Rep
70'
Mario Kempes
73'
Eloy AnguloJohnny Rep
80'
Mario KempesAsist: Eloy Angulo
86'
Final del partido
90'

Estadio



Nombre: Mestalla
Aforo: 55.000 espectadores
Ubicación: Valencia (Valencia) 
Inauguración: 20/05/1923

Rival: RCD Espanyol

Records vs RCD Espanyol

Máximo goleador: Mundo Suárez (21 goles)
Goleador rival: Prat (9 goles)
Mayor victoria: 4 - 0 (19.10.2003)
Mayor derrota: 0 - 7 (10.06.1928)
Más repetido: 2-1 (25 veces)

Crónica

El Valencia-Español que se presentaba como uno de los platos fuertes de esta jornada del Campeonato resultó un encuentro irregular, de pobre calidad y abultado desenlace. Sin llegar a jugar un buen partido, el Valencia se encontró con un amplio y brillante triunfo que muy pocos espectadores podían esperar durante gran parte del desarrollo del encuentro. Y sin llegar a realizar una pésima actuación el Español se encontró, por su parte, con una derrota que ciertamente fue demasiado severa por la marcha de la confrontación y por el juego desplegado sobre el Luis Casanova, mucho más equilibrado, desde luego, que el marcador final.

Fue éste un partido irónico, de los que confirma que el fútbol no tiene lóca ni responde a unos determinados factores del juego. Después de una fulgurante salida del Valencia, el Español mandó efímeramente en el marcador merced a su primer remate a portería. Cuando mejor jugó el Valencia sus remates se estrellaban en la madera, y cuando mejor jugaba el Español vió vulnerada su portería con dos goles que elevaron una mínima derrota a una concluyente goleada.

Los primeros compases del choque fueron de lo más significtivo. El Valencia salió en tromba, y con un fútbol suelto y veloz puso cerco al marco de Echevarría. A los 4 mintuos de juego Cuesta había salvado ya sobre la línea de meta un cabezazo de Diarte, tras un magnífico centro de Rep. A los 11 minutos el área españolista se veía espectacularmente asediada: trallazo de Kempes al poste, cabezazo subsiguiente de Rep que repele Echevarría en última instancia y nuevo remate de Diarte a puerta vacía que acaba en las manos del meta blanquiazul por puro milagro.

Sin embargo el lanzamiento de ese balón iba a proporcionar el primer gol del partido en inesperado fallo de la cobertura local, magníficamente aprovechado, cómo no, por Caszely, que surgió como una bala desde la derecha del terreno para batir a Balaguer en el primer remate blanquiazul del encuentro. Se percibió entonces un clima electrizante en Mestalla. Un clima de hostilidad hacia el árbitro, producto de la decepción y de los nervios que iban a desencadenar la primera jugada clave del choque. Un riguroso y discutido penalty en el área blanquiazul, que Diarte no desperdiciaría para colocar de nuevo el empate en el marcador. En un cuarto de hora se había consumado el primer vaivén del cotejo.

Sin embargo, el Valencia parecia aún no haberse repuesto de esa sorprendente y temprana diana de Caszely, que hizo enmudecer el Luis Casanova. Su fútbol perdió fuerza, coordinación en el centro del campo y seguridad en su retaguardia, que flaqueaba más de la cuenta. El Español, por el contrario, fue a más y comenzó a carburar bastante bien en la zona central, dominando la situación y disponiendo de dos excelentes oportunidades en remate de Cuesta que tras tropezar en un defensa desvió apuradamente Balaguer y en cabezazo del propio Cuesta, a la salida de un córner, que Carrete salvó bajo los palos, con el meta valencianista batido. No supo sacar partido el Español de esa fase de dominio más táctico que territorial y dio opción a que antes de llegar al descanso el Valencia lograra rehacer sus líneas y contragolpear con sumo peligro.

Así, a los 38 minutos Adorno empalmó una formidable volea que se estrelló en el larguero cuando ya se cantaba gol y dos minutos más tarde, una entrada de De Felipe a Diarte provocaría las iras del público, que reclamó la pena máxima quizá con más justicia que en ningún otro lance de los que se produjeron en el área blanquiazul.

La reanudación del encuentro fue también clave. Porque no se había consumido todavía el primer minuto de juego cuando una mala inteligencia de Verdugo con sus compañeros de retaguardia dio opción a que Diarte fusilara a placer un nuevo gol valencianista, con el que se daba la vuelta a un encuentro que el Español había encauzado de forma esperanzadora. Todo parecía sentenciado y se intuía que el Valencia ia a cabalgar, a partir de entonces, hacia un triunfo neto y hasta contundente como así sucedió. Pero no en la forma en que se produjo.

Fueron aquellos unos compases claves en la marcha del partido, puesto que el Español no daba la imagen de un equipo derrotado cuando un contragolpe valencianista permitió a Kempes, en posición ventajosa, sentenciar el choque con un tercer gol que fue el definitivo respiro para les gradas y la puntilla para un Español que parecía entregarse a su suerte. Aún el dominio territorial tendría un ligero color blanquiazul pero sin fuerza ni convicción para levantar un encuentro que estaba decidido. Por contra, los contragolpes valencianistas, magníficamente llevados por un Adorno muy mal sujetado y en vena de aciertos, fueron creciendo en peligrosidad hasta concluir en el soberbio cuarto gol de Kempes, capaz por sí sólo de confirmar la calidad técnlca y capacidad goleadora del crack argentino, y los nervios de un Echevarría al que la responsabilidad de los últimos compromisos parece haber afectado su rendimiento habitual.

Fue, en definitiva, un encuentro con un desenlace previsible y hasta lógico, pero ciertamente exagerado en un marcador que ni respondíó al desarrollo del partido ni hizo justicia a la combatividad de un Español excesivamente frágil. El Valencia, debemos insistir, parece haber hecho renacer a Adorno, y cuenta con la suificiente pólvora para hacer añicos a cualquier rival que pase por su terreno. Rep es el que parece estar más lejos de su forma, pero Diarte sigue siendo el temible lobo, de siempre y Kempes es un artillero muy respetable, destinado a estar en el grupo de cabeza de la lista de goleadores. Si este conjunto llega a cuajar como tal, puede resultar temible. Esta noche no lo fue.