Ficha de partido
Valencia CF
3 - 1
Real Burgos
Equipos titulares
Timeline del partido
Inicio del partido
0'
Viteri
1'
Mario KempesAsist: Pepe Carrete
35'
Palmer
44'
Descanso
45'
Johnny RepAsist: Enrique Saura
57'
Omar ReyAguilera
70'
Johnny RepAsist: Ángel Castellanos
82'
Final del partido
90'
Estadio
Rival: Real Burgos
Records vs Real Burgos
Máximo goleador: Mario Kempes (5 goles)
Goleador rival: Pachín (3 goles)
Más partidos: Mario Kempes (8 partidos)
Mayor victoria: 5 - 0 (01.11.1992)
Mayor derrota: 1 - 4 (08.05.1977)
Más repetido: 1-1 (4 veces)
Crónica
Al Valencia le ha resultado bastante más difícil de lo que el simple enunciado del resultado parece deducir, el imponerse a un Burgos que, técnicamente y como conjunto, ha jugado bastante bien, viéndose en el la mano maestra de un experto entrenador como es Marcel Domingo. Este mostró ya desde el principio lo que le preocupaba el Valencia, recargando el cenrto del campo para buscar el contragolpe a cargo especialmente de Juanito y Viteri, lo que le dio un éxito fenomenal con la jugada del primer minuto, que le proporcinó al Burgos su gol, ventaja incuestionable que prácticamente equivalía a plantear un partido con hándicap para el Valencia.
El teórico interior izquierda Navajas, con el diez a la espalda, se desenvolvió siempre como marcador de Rep, es decir como defensa. Prácticamente el Burgos mostró un dispositivo de 4-4-2 y a veces de 5-4-1, es decir, recargando mucho el centro del campo, para bloquear los canales de penetración del Valencia, reforzar a la defensa y confiar en su contrataque. Un dispositivo que, unido al rápido gol que había encajado el cuadro local, sembró el desconcierto y nerviosismo en las filas del equipo blanco, que tardó media hora larga en equilibrar su juego, pues, aun cuando pasó a dominar como consecuencia de su persistente ataque, su juego carecía de auténtica penetración, del necesario equilibrio y de la elemental eficacia. Por el contrario, el Burgos, con la ventaja que llevaba en el marcador, la serenidad que mostró siempre, y el aplomo con el que actuaron sus hombres, fue siempre un adversario dificilísimo y peligroso, que en los contrataques tuvo alguna que otra oportunidad de marcar, fallándole entonces la fortuna.
Cuando Kempes, al cabecear un espléndido saque de falta lanzado por Carrete logró el empate, la situación fue entonces más propicia para un Valencia cuyo peso específico objetivamente visto es mayor que el del Burgos, y en efecto, esta superioridad se acretidó en la segunda parte en la que, aun sin mejorar su juego el Valencia por obra y gracia de esa mayor clase, determinó que cambiara el marcador y se alzara con la victoria. Pero para ello fue necesario que un jugador como Rep, en dos jugadas estratégicamente distribuidas en esos tres cuartos de hora finales, lograra dos tantos primorosos, levantara al público de los asientos con su juego, y galvanizara el juego de sus compañeros. Fue Rep, la gran figura de este Valencia y de toda la segunda perte; por el contrario Diarte, el gran goleador que parece eclipsado, tuvo una actuación totalmente negativa, con escasez de recursos físicos y muy pocos técnicos, que hacen pensar en una baja forma que produce alarma. En definitiva, la victoria del Valencia es justa pero el Burgos casi se le atragantó con su juego de conjunto más perfilado y bien realizado que al que pudo el cuadro local llevar a efecto.
En definitiva, el resultado se decantó por obra y gracia de la clase individual de unos cuantos jugadores, entre loe cuales hemos de poner a Rep en cabeza y después a Carrete, un hombre que realizó una función plural, variada y siempre eficaz cuya influencia se dejó sentir sensiblemente en el rendimiento global del equipo.
El teórico interior izquierda Navajas, con el diez a la espalda, se desenvolvió siempre como marcador de Rep, es decir como defensa. Prácticamente el Burgos mostró un dispositivo de 4-4-2 y a veces de 5-4-1, es decir, recargando mucho el centro del campo, para bloquear los canales de penetración del Valencia, reforzar a la defensa y confiar en su contrataque. Un dispositivo que, unido al rápido gol que había encajado el cuadro local, sembró el desconcierto y nerviosismo en las filas del equipo blanco, que tardó media hora larga en equilibrar su juego, pues, aun cuando pasó a dominar como consecuencia de su persistente ataque, su juego carecía de auténtica penetración, del necesario equilibrio y de la elemental eficacia. Por el contrario, el Burgos, con la ventaja que llevaba en el marcador, la serenidad que mostró siempre, y el aplomo con el que actuaron sus hombres, fue siempre un adversario dificilísimo y peligroso, que en los contrataques tuvo alguna que otra oportunidad de marcar, fallándole entonces la fortuna.
Cuando Kempes, al cabecear un espléndido saque de falta lanzado por Carrete logró el empate, la situación fue entonces más propicia para un Valencia cuyo peso específico objetivamente visto es mayor que el del Burgos, y en efecto, esta superioridad se acretidó en la segunda parte en la que, aun sin mejorar su juego el Valencia por obra y gracia de esa mayor clase, determinó que cambiara el marcador y se alzara con la victoria. Pero para ello fue necesario que un jugador como Rep, en dos jugadas estratégicamente distribuidas en esos tres cuartos de hora finales, lograra dos tantos primorosos, levantara al público de los asientos con su juego, y galvanizara el juego de sus compañeros. Fue Rep, la gran figura de este Valencia y de toda la segunda perte; por el contrario Diarte, el gran goleador que parece eclipsado, tuvo una actuación totalmente negativa, con escasez de recursos físicos y muy pocos técnicos, que hacen pensar en una baja forma que produce alarma. En definitiva, la victoria del Valencia es justa pero el Burgos casi se le atragantó con su juego de conjunto más perfilado y bien realizado que al que pudo el cuadro local llevar a efecto.
En definitiva, el resultado se decantó por obra y gracia de la clase individual de unos cuantos jugadores, entre loe cuales hemos de poner a Rep en cabeza y después a Carrete, un hombre que realizó una función plural, variada y siempre eficaz cuya influencia se dejó sentir sensiblemente en el rendimiento global del equipo.