Ficha de partido
Inter Milán
1 - 1
Valencia CF
Equipos titulares
10
11
Sustituciones
Timeline del partido
Inicio del partido
0'
Descanso
45'
Amedeo Carboni
49'
Sergio Conceiçao
49'
Materazzi
51'
Kily González
55'
Vicente RodríguezPablo Aimar
59'
Vicente Rodríguez
61'
Miguel Ángel AnguloJohn Carew
63'
Francisco RufeteAsist: Miguel Ángel Angulo
64'
DalmatGuly
72'
RecobaSergio Conceiçao
79'
David Albelda
88'
Juan SánchezFrancisco Rufete
90'
Final del partido
91'
Estadio
Rival: Inter Milán
Records vs Inter Milán
Máximo goleador: Pablo Aimar (2 goles)
Goleador rival: Christian Vieri (2 goles)
Más partidos: Santi Cañizares (9 partidos)
Mayor victoria: 4 - 0 (04.08.2013)
Mayor derrota: 1 - 5 (20.10.2004)
Más repetido: 0-1 (2 veces)
Crónica
El Valencia desaprovechó una oportunidad ideal para haber sentenciado la eliminatoria de cuartos de final de la Copa de la UEFA. Y decimos que la desperdició por cuanto fue el equipo que disfrutó de las mejores opciones además de estar en todo momento bien situado y sabiendo lo que tenía que hacer. Y todo ello sucedió a pesar de que desde el minuto 54 jugó con un hombre menos por la absurda expulsión de Kily. Curiosamente, el Valencia se desenvolvió mejor que su rival cuando se encontró en inferioridad numérica no sólo en el terreno de juego sino también en el marcador. Se supo adaptar mejor a las circunstancias y la primera oportunidad que tuvo la aprovechó por medio de Rufete tras una jugada elaborada por Angulo.
Con este resultado el Valencia deja al Inter contra las cuerdas y sólo tendrá que intentar mantener su buen estado de concentración y de eficacia para dentro de unos días someter al KO técnico al líder de la liga italiana. Decepcionó el encuentro entre el Inter y el Valencia. Los dos líderes de las dos mejores ligas europeas, como son la italiana y la española, protagonizaron una actuación muy gris y no dieron la imagen de ser dos equipos poderosos y con recursos, aunque a este respecto sale mucho mejor parado el equipo valencianista, no sólo por el resultado obtenido, sino también por la imagen dada, sobre todo en la segunda fase del encuentro cuando estuvo en inferioridad y supo reponerse con una gran soltura y solvencia a este hecho.
El Valencia, a pesar de todo, supo mantener su habitual línea de eficacia, donde destacó por las pocas concesiones que en defensa realizó, de ahí que el gol italiano tuviera que llegar en una jugada a balón parado, y sólo en una ocasión durante los noventa minutos el africano Kallon logró por velocidad ganar a Ayala y Pellegrino, pero su remate final encontró a Cañizares. El Valencia arriesgó lo justo, supo dosificar su esfuerzo, no sufrió excesivo desgaste y controló en todo momento la situación.
Durante la primera fase del partido el Valencia ofreció una mejor sensación en cuanto a saber estar situado en el centro del campo, hasta el punto de que manejaba mejor el balón y disfrutó de dos o tres ocasiones para inaugurar el marcador. La defenasa del Inter no dio excesivas muestras de seguridad, sin embargo, esto no significó que su rival supiese aprovechar las facilidades que se le dieron y la más clara fue la opción que tuvo Carew ante Fontana.
Si la presión ambiental era inexistente, la que se podía observar sobre el campo también podría calificarse, de igual modo, dado que un equipo y el otro no manifestaron excesivos deseos de presionar al adversario en la zona ancha. A este respecto, los hombres de Héctor Cúper cometían una inagotable cascada de errores, pero los de Rafa Benítez tampoco manifestaron interés por arriesgar y se sentían cómodos pasándose el balón en la medular y buscando a Carew, que actuó como auténtico pivote ofensivo, algo ayudado por Rufete, pero desasistido por la parte que corresponde a un mermado Kily.
El público italiano se mostró muy crítico con su equipo, lo que venía a significar que entre los errores propios y las buenas cualidades valencianistas el espectáculo que estaba obervando le desesperaba. Los de Benítez imponían su ley. El ex madridista Seedorf era el único capaz de poner orden, mientras en el Valencia funcionaba el concepto de equipo, de bloque, por encima de las individualidades, aunque Rufete por la derecha y Aimar con su movilidad ofrecieron la imagen de ser capaces de poder desestabilizar.
Con este resultado el Valencia deja al Inter contra las cuerdas y sólo tendrá que intentar mantener su buen estado de concentración y de eficacia para dentro de unos días someter al KO técnico al líder de la liga italiana. Decepcionó el encuentro entre el Inter y el Valencia. Los dos líderes de las dos mejores ligas europeas, como son la italiana y la española, protagonizaron una actuación muy gris y no dieron la imagen de ser dos equipos poderosos y con recursos, aunque a este respecto sale mucho mejor parado el equipo valencianista, no sólo por el resultado obtenido, sino también por la imagen dada, sobre todo en la segunda fase del encuentro cuando estuvo en inferioridad y supo reponerse con una gran soltura y solvencia a este hecho.
El Valencia, a pesar de todo, supo mantener su habitual línea de eficacia, donde destacó por las pocas concesiones que en defensa realizó, de ahí que el gol italiano tuviera que llegar en una jugada a balón parado, y sólo en una ocasión durante los noventa minutos el africano Kallon logró por velocidad ganar a Ayala y Pellegrino, pero su remate final encontró a Cañizares. El Valencia arriesgó lo justo, supo dosificar su esfuerzo, no sufrió excesivo desgaste y controló en todo momento la situación.
Durante la primera fase del partido el Valencia ofreció una mejor sensación en cuanto a saber estar situado en el centro del campo, hasta el punto de que manejaba mejor el balón y disfrutó de dos o tres ocasiones para inaugurar el marcador. La defenasa del Inter no dio excesivas muestras de seguridad, sin embargo, esto no significó que su rival supiese aprovechar las facilidades que se le dieron y la más clara fue la opción que tuvo Carew ante Fontana.
Si la presión ambiental era inexistente, la que se podía observar sobre el campo también podría calificarse, de igual modo, dado que un equipo y el otro no manifestaron excesivos deseos de presionar al adversario en la zona ancha. A este respecto, los hombres de Héctor Cúper cometían una inagotable cascada de errores, pero los de Rafa Benítez tampoco manifestaron interés por arriesgar y se sentían cómodos pasándose el balón en la medular y buscando a Carew, que actuó como auténtico pivote ofensivo, algo ayudado por Rufete, pero desasistido por la parte que corresponde a un mermado Kily.
El público italiano se mostró muy crítico con su equipo, lo que venía a significar que entre los errores propios y las buenas cualidades valencianistas el espectáculo que estaba obervando le desesperaba. Los de Benítez imponían su ley. El ex madridista Seedorf era el único capaz de poner orden, mientras en el Valencia funcionaba el concepto de equipo, de bloque, por encima de las individualidades, aunque Rufete por la derecha y Aimar con su movilidad ofrecieron la imagen de ser capaces de poder desestabilizar.