Ficha de partido: 14.09.1958: FC Barcelona 6 - 0 Valencia CF

Ficha de partido

FC Barcelona
FC Barcelona
6 - 0
Valencia CF
Valencia CF

Equipos titulares

Timeline del partido

escudo local
Inicio del partido
0'
escudo visitante
Evaristo
43'
Descanso
45'
Czibor
47'
Evaristo
49'
Martinez
51'
Martinez
73'
Kubala
87'
Final del partido
90'

Estadio



Nombre: Camp Nou
Aforo: 99.354 espectadores
Ubicación: Barcelona (Barcelona) 
Inauguración: 24/09/1957

Rival: FC Barcelona

Records vs FC Barcelona

Máximo goleador: Mundo Suárez (18 goles)
Goleador rival: Messi (31 goles)
Mayor victoria: 4 - 0 (18.04.1979)
Mayor derrota: 0 - 7 (03.02.2016)
Más repetido: 1-1 (36 veces)

Crónica

Me parece que sería muy conveniente poner a un lado el tanteo de seis a cero y al otro casi todo el resto del partido para, huyendo del natural deslumbramiento del explosivo resultado, poder apreciar debidamente el juego. Porque este partido es de los que si se separa lo que tan intimamente ligado entre sí parece, como es la clase del juego practicado y el resultado logrado a través de él, se obtienen dos partes completa y sorprendentemente distintas.

Nadie que presenciara el encuentro habrá olvidado, en electo, pese a los seis goles las muestras de impaciencia que brotaron del público en algunos momentos de la primera parte, por la sencilla razón de que no se veía clara la resolución del encuentro, y la monotonía, que se hizo latente en la mitad del segundo tiempo, cuando con el partido ampliamente decidido el juego no pasaba de ser un forcejeo aburrido. Las consecuencias de todo ello nos conducen a lo que queda dicho al principio. Es decir, que la labor del Barcelona se redujo a los goles (poco más de unos minutos), y aún con las reservas que después expondré.

Es posible que algunos y aún muchos se conformen con ver la victoria de su equipo materializada de la manera que sea al fin del encuentro, pero no creo que se deba seguir ese cauce para opinar de un partido de fútbol jugado por artistas cuyos servicios cuestan tan caros. Planteada así la cuestión, no extrañará que se diga que la brillantez del juego del Barcelona no estuvo, frente al Valencia en este primer partido de Liga, en la proporción que era lícito esperar, y, por consiguiente, que a muchos defraudó la exhibición desde un punto de vista técnico. Lo cual no significa asegurar que seis a cero no sea un resultado rotundamente expresivo aunque fuera obtenido contra un Valencia cuya lama de equipo puntero no corresponde ya desde buce algún tiempo a la auténtica realidad el Valencia, en efecto, es un equipo al que los grandes siguen teniendo un poco por rutina, pues sus posibilidades son muy inferiores a las que se le atribuyen En esta ocasión ha quedado demostrado cumplidamente.

Pero antes de entrar en el terreno del Valencia, sigamos un poco más con el Barcelona. De su eficacia defensiva poco puede comentarse hoy, ya que no se le plantearon problemas graves a sus líneas de atrás. El interés radica, pues, en la labor de su delantera, y aquí vuelve a alzarse el fantasma de los seis goles para dificultar toda objeción a su eficacia. Y, no obstante, no puede decirse que la delantera del Barcelona haya tenido frente al Valencia una actuación como línea que justifique el valor de las figuras que la constituyeron. De hecho, hasta que no se produjeron determinadas circunstancias que modificaron substaneialmente las proporciones del juego, la delantera del Barcelona no tuvo un solo acierto definitivo que le permitiera superar la dificultad de vencer al Valencia. Por eso, la lesión de Mestre a los treinta y un minutos de la primera parte, en un choque con Czibor, que le obligó a alinearse de extremo, desorganizándose todas las líneas del Valencia, hay que considerarlo como el primer factor que favoreció al Barcelona.

Lesionado Mestre y ya en los últimos minutos del primer tiempo se produjeron las dos primeras jugadas peligrosas. La primera para el Valencia, en un cabezazo de Martínez que Goyo repelió milagrosamente, y la segunda para el Barcelona, en un tiro raso de Walter (el único que disparó en todo el encuentro), que batió a Ramallets y rebotó en un palo. El último minuto de este tiempo fue fatal para el Valencia. El sustituto de Mestres en la defensa perdió ante Czibor la pelota, que pasó por Kubala y Martínez (posiblemente fuera de juego) antes que Evaristo rematase raso, batiendo a Goyo, que venía acusando molestias en una mano. El primer tiempo se saldó con este precario uno a cero.

De forma no menos desfavorable para el Valencia dio comienzo la segunda parte, pues no habían transcurrido dos minutos cuando Czibor metió el pie Genialmente, desviando a la red un centro de Gracia, que be había adelantado para recoger un pase de Kubala. La defensa valenciana, completamente desorganizada por el rápido cambio de juego, no pudo evitar el segundo gol. Y este íué el fin para el. Valencia, porque dos minutos después un tercer gol de Evaristo, en flagrante fuera de juego, abrió el camino a la goleada.

La descripción puede parecer cruda, pero se ajusta a la realidad. ¿Qué había hecho el Valencia mientras tanto? El Valencia, como va siendo norma en el fútbol actual, había intentado jugar un partido teórico, es decir, esclavo de una táctica cuidadosamente preparada. Añadiré que con todos los riesgos que comporta este sistema de jugar. Porque lo que se llama táctica tiene el peligro de que si falla uno sólo de los elementos sobre que se basa se hunde el resto sin remisión. Esto es lo que le sucedió al Valencia frente al Barcelona. Mientras tanto, líneas actuaron con na formación inicial y Walter siguió de enlace entre defensores y atacantes, el Valencia aguantó bien el partido y, sin arriesgar más de lo que podía para amenazar a Ramallets, logró cortar todos los intentos que pretendía desarrollar el Barcelona. Pero la lesión de Mestres y la consiguiente desorganización de los planes elaborados y puestos en práctica, creó al Valencia una situación nueva para la que no estaba preparado y todo el edificio se le vino abajo con el estrépito de los seis goles en contra.

El Barcelona, por su parte, se había preocupado, como puede suponerse, de no facilitar nada la labor del Valencia, habiéndose mantenido dividido en dos bloques, de los cuales uno no se alejó un paso de los alrededores de su propia puerta y el otro, con Kubala, de enlace, realizaba por si solo todo el esfuerzo riel ataque. Solamente cuando el Valencia replegaba a sus hombres, los del Barcelona seguían acercándose al área valenciana. En dos de estas jugadas se produjeron el segundo gol y el cuarto, a los dos y seis minutos de la segunda parte. El último lo logró Martínez de cabeza, rematando un ataque arrollador de todo el equipo. Después de este cuarto gol, Mestres volvió a su puesto en la defensa, en un esfuerzo desesperado del Valencia para contener el alud barcelonista.

El remiendo dio resultarlo de momento, pero a los veintinueve minutos marcó el Barcelona por quinta vez, también por mediación de Martínez, que de cabeza remató la pelota, rebotada en el larguero a un tiro de Gracia. Goyo, lesionado en una mano, tuvo parte involuntaria en este gol. Y a los cuarenta y ocho por descuentos un centro-tiro con efecto de Kubala dio en la madera y entró en la puerta del Valencia, redondeando el seis a cero final. El arbitro, Ortíz de Mendivil, acusó los efectos del desentreno del verano, cometiendo varios errores de bulto...