Ficha de partido
Real Valladolid
4 - 0
Valencia CF
Equipos titulares
6
Sustituciones
Ninguno
Timeline del partido
Inicio del partido
0'
Murillo
42'
Badenes
43'
Descanso
45'
Gallet
59'
Murillo
80'
Final del partido
90'
Estadio
Rival: Real Valladolid
Records vs Real Valladolid
Máximo goleador: Fernando Gómez (9 goles)
Goleador rival: Morro (4 goles)
Más partidos: Vicente Seguí (21 partidos)
Mayor victoria: 6 - 0 (22.03.1964)
Mayor derrota: 0 - 4 (30.09.1956)
Más repetido: 1-1 (14 veces)
Crónica
Es probable que a muchos aficionados sorprenda este triunfo del Valladolid, no tanto en cuanto a la victoria en sí, sino por el abultado tanteo conseguido. En efecto, el Valencia se presentaba como superior, sobre el papel, al Valladolid y sus actuaciones en el Estadio de Zorrilla año tras año a lo largo de la Liga, había demostrado que era un equipo temible y temido, Raramente ha sido ganado en este campo siempre ha conseguido, o casi siempre, puntuar. Sin embargo, el Valladolid de esta tarde se ha superado por muchos grados por encima, no ya de sí mismo, sino del propio Valencia que a su lado no parecía un equipo de Primera División, sin conjunción ni ensamble en las lineas, ni voluntad en los hombres, ni decision, ni juego. Si analizamos de arriba a abajo, tendríamos que descartar a Timor en la puerta, y a Quincoces en la defensa, para dejar a todos los demás como inservibles en estos menesteres. Ha fallado estrepitosamente Martín en la defensa, también algo Mangriñán; no ha encontrado su sitio Sendra, y Pasieguito, en una colocación retrasada absurdamente, tampoco ha sido el medio de otras tardes, y en cuanto al ataque, Fuertes y Arete han sido figuras decorativas, sin hacer absolutamente nada durante toda la tarde. Mañó, al lado de cosas buenas, correr la pelota, llegar hasta cerca de la portería, ha hecho otras muy malas como es estropear los pases y rematar fatalmente. Buqué tampoco ha sido la figura de otros días y Seguí, que corría con mucha voluntad, se desmarcaba de un lado para otro, no ha ensamblado ni se ha acoplado a sus compañeros. En resumen, un quinteto tan deslabazado, tan desacoplado, que la defensa se ha bastado, a pesar de estar lenta, para deshacer los pequeños intentos de tirar a puerta.
Bosquejado el Valencia como un conglomerado sin nervio, sin voluntad y sin juego, es lógico que el enemigo de enfrente se hubiera crecido. Esto le ha pasado al Valladolid. Los primeros treinta minutos de juego nivelado no permitían ver o prever el resultado de la contienda, pero a partir del minuto treinta y cinco, en el que el Valladolid tomó las riendas del partido se hizo dueño y dominó en todo el campo, se podía augurar que la cuestión era más de goles en cuanto a número, pero el triunfo era seguro para el Valladolid.
En efecto, ha jugado el Valladolid con un coraje y una decisión magníficas. Los entrenadores suelen tener una frase estereotipada cuando quieren justificar la derrota de su equipo si bien también la utilizan para ampilar la victoria del suyo. Así, por ejemplo, Miró, cuando estaba en el Valladolid, justificaba las derrotas de su equipo, diciendo que los contrarios se habían anticipado a la pelota. Esa faceta de anticipación a la jugada, la hemos visto superabundantemente esta tarde en el Valladolid y el Valencia, jugando un poco al «ralenti», con cámara lenta o retardada, como si no les preocupase el partido, y fuera de su ambiente propio de imprimir a la jugada el brío y el coraje y la rapidez con que le hemos visto otras veces, esta tarde ha sido el Valladolid quien se ha anticipado a la jugada y muchas veces veíamos que una pelota que llevaba un jugador del Valencia se la quitaba por detrás, o por entrada codiciosa, o por anticipoción de la jugada, el jugador contrario. Con esto querernos decir que el Valladolid ha impuesto su tutela y ha sido tan superior netamente, que hasta el seleccionador nacional, Meana, que ha estado presenciando el partido, ha entrado al final del encuentro en el vestuario del Valladolid para felicitar calurosamente por su triunfo (como dijo él) tan justo como merecido.
En líneas generales los dos tiempos del partido han sido similares. De salida el Valencia quiso iniciar una jugada que fué un juego prontamente dominado por el Valladolid. No obstante, Miró, con sus resabios de antiguo de tener un medio retrasado,
hizo que Pasieguito se colocara a la altura de los defensas, con lo que el Valladolid pudo avanzar y dominar, imponiéndose hasta cerca de los dominios de Timor, ya allí se marcaron los dos goles, el primero, un poco fortuitamente, porque como decimos al explicarlo, más bien fué un fallo del autor, que le salió el tiro fallido y a eso se debe, probablemente, que lo marcara. Pero, en fin, como a continuación, Badenes marcó el segundo, esto desmoronó o deshizo por lo menos el dispositivo valenciano. Intentó entonces atacar y los vallisoletanos, que se habían crecido y que llevaban magníficamente la pelota, muy bien empujados por Tini y por Matito los cinco delanteros, Badenes, Murillo y Rodríguez, elaboraron un fútbol rapidísimo, veloz y de mucha incisión, encontraron abundantes ocasiones para romper ese dispositivo y para tirar a gol.
Timor ha parado bastante, pero no ha podido parar los cuatro goles que han sido casi machacados muy cerca de la portería. Atrás, Lesmes, Losco y Pontoni, afianzaban una defensa que no era preciso que fuera tan fuerte para la débil acometividad de los delanteros valencianistas. Pero, en fin, allá estaba también Tini, porque Lesmes, lesionado en la primera parte, no se encontraba en condiciones, y Tini, apoyando a Lesmes, pero sin descuidar tampoco su misión cerca de los delanteros, sirvió a estos abundante cuero y a veces también llegó hasta ser uno de los que disparaban al marco contrario.
En resumen, el partido ha sido ganado de punta a rabo con toda justeza y merecimiento por el Valladolid, que así que como ha sido un desconocido equipo para sus aficionados, que han salido satisfechísimos del partido, nos han presentado a un Valencia también muy desconocido y en el que no sabemos si por el calor de la tarde, por la moral de los jugadores vallisoletanos, por las razones de Miró, antiguo entrenador, y Badenes, antiguo jugador del Valencia, el caso es que todos estos factores se han conjugado para dar un triunfo al Valladolid que nadie esperaba en su tanteo tan abultado, pero que muchos suponían o daban por descontado.
Los mejores, en el Valencia, como hemos dicho antes, Timor y Quincoces. Los demás, preferible decir que estuvieron todos en un tono gris, antes que señalar que estuvieron peor. En el Valladolid, todo el conjunto magnífico, pero como siempre hay que señalar a los más sobresalientes, diremos que Lesmes en la defensa estuvo magnífico, muy bien Tini, y excelente Murillo, Badenes y Rodríguez.
Bosquejado el Valencia como un conglomerado sin nervio, sin voluntad y sin juego, es lógico que el enemigo de enfrente se hubiera crecido. Esto le ha pasado al Valladolid. Los primeros treinta minutos de juego nivelado no permitían ver o prever el resultado de la contienda, pero a partir del minuto treinta y cinco, en el que el Valladolid tomó las riendas del partido se hizo dueño y dominó en todo el campo, se podía augurar que la cuestión era más de goles en cuanto a número, pero el triunfo era seguro para el Valladolid.
En efecto, ha jugado el Valladolid con un coraje y una decisión magníficas. Los entrenadores suelen tener una frase estereotipada cuando quieren justificar la derrota de su equipo si bien también la utilizan para ampilar la victoria del suyo. Así, por ejemplo, Miró, cuando estaba en el Valladolid, justificaba las derrotas de su equipo, diciendo que los contrarios se habían anticipado a la pelota. Esa faceta de anticipación a la jugada, la hemos visto superabundantemente esta tarde en el Valladolid y el Valencia, jugando un poco al «ralenti», con cámara lenta o retardada, como si no les preocupase el partido, y fuera de su ambiente propio de imprimir a la jugada el brío y el coraje y la rapidez con que le hemos visto otras veces, esta tarde ha sido el Valladolid quien se ha anticipado a la jugada y muchas veces veíamos que una pelota que llevaba un jugador del Valencia se la quitaba por detrás, o por entrada codiciosa, o por anticipoción de la jugada, el jugador contrario. Con esto querernos decir que el Valladolid ha impuesto su tutela y ha sido tan superior netamente, que hasta el seleccionador nacional, Meana, que ha estado presenciando el partido, ha entrado al final del encuentro en el vestuario del Valladolid para felicitar calurosamente por su triunfo (como dijo él) tan justo como merecido.
En líneas generales los dos tiempos del partido han sido similares. De salida el Valencia quiso iniciar una jugada que fué un juego prontamente dominado por el Valladolid. No obstante, Miró, con sus resabios de antiguo de tener un medio retrasado,
hizo que Pasieguito se colocara a la altura de los defensas, con lo que el Valladolid pudo avanzar y dominar, imponiéndose hasta cerca de los dominios de Timor, ya allí se marcaron los dos goles, el primero, un poco fortuitamente, porque como decimos al explicarlo, más bien fué un fallo del autor, que le salió el tiro fallido y a eso se debe, probablemente, que lo marcara. Pero, en fin, como a continuación, Badenes marcó el segundo, esto desmoronó o deshizo por lo menos el dispositivo valenciano. Intentó entonces atacar y los vallisoletanos, que se habían crecido y que llevaban magníficamente la pelota, muy bien empujados por Tini y por Matito los cinco delanteros, Badenes, Murillo y Rodríguez, elaboraron un fútbol rapidísimo, veloz y de mucha incisión, encontraron abundantes ocasiones para romper ese dispositivo y para tirar a gol.
Timor ha parado bastante, pero no ha podido parar los cuatro goles que han sido casi machacados muy cerca de la portería. Atrás, Lesmes, Losco y Pontoni, afianzaban una defensa que no era preciso que fuera tan fuerte para la débil acometividad de los delanteros valencianistas. Pero, en fin, allá estaba también Tini, porque Lesmes, lesionado en la primera parte, no se encontraba en condiciones, y Tini, apoyando a Lesmes, pero sin descuidar tampoco su misión cerca de los delanteros, sirvió a estos abundante cuero y a veces también llegó hasta ser uno de los que disparaban al marco contrario.
En resumen, el partido ha sido ganado de punta a rabo con toda justeza y merecimiento por el Valladolid, que así que como ha sido un desconocido equipo para sus aficionados, que han salido satisfechísimos del partido, nos han presentado a un Valencia también muy desconocido y en el que no sabemos si por el calor de la tarde, por la moral de los jugadores vallisoletanos, por las razones de Miró, antiguo entrenador, y Badenes, antiguo jugador del Valencia, el caso es que todos estos factores se han conjugado para dar un triunfo al Valladolid que nadie esperaba en su tanteo tan abultado, pero que muchos suponían o daban por descontado.
Los mejores, en el Valencia, como hemos dicho antes, Timor y Quincoces. Los demás, preferible decir que estuvieron todos en un tono gris, antes que señalar que estuvieron peor. En el Valladolid, todo el conjunto magnífico, pero como siempre hay que señalar a los más sobresalientes, diremos que Lesmes en la defensa estuvo magnífico, muy bien Tini, y excelente Murillo, Badenes y Rodríguez.