Ficha de partido
Valencia CF
3 - 3
FC Barcelona
Equipos titulares
Sustituciones
Ninguno
Timeline del partido
Inicio del partido
0'
Vicente SeguíAsist: Enrique Buqué
21'
Martínez
37'
Descanso
45'
Esteban AretaAsist: Vicente Seguí
48'
Tejada
70'
José María MartínAsist: Vicente Seguí
87'
Manchón
88'
Final del partido
90'
Estadio
Rival: FC Barcelona
Records vs FC Barcelona
Máximo goleador: Mundo Suárez (18 goles)
Goleador rival: Messi (31 goles)
Más partidos: Juan Ramón Santiago (36 partidos)
Mayor victoria: 4 - 0 (18.04.1979)
Mayor derrota: 0 - 7 (03.02.2016)
Más repetido: 1-1 (36 veces)
Crónica
El Barcelona logró el domingo un justísimo empate en Mestalla, después de haber proporcionado una buena tarde de fútbol a cuantos acudieron al campo, que registró la mejor entrada de la actual temporada. Pero no sólo fue esto, sino que los noventa minutos constituyeron para los espectadores una película de emoción, ante la forma como fue desarrollándose la marcha del tanteador.
La contienda terminó con un empate a tres tantos, conseguidos todos en buena lid y excelentes jugadas, pero distribuidas de tal forma que la afición merengue, al igual que los catalanes, pasaban de la ilusión por el triunfo a la desesperación por lograrlo. La victoria llegaba y se escapaba de las manos de forma incomprensible para unos y otros. Y no es que ocurriera nada ilógico en la contienda, deportivamente limpia, sino que al despegue en el marcador de unos, correspondía el empate inmediato de los contrincantes.
Primero marcó el Valencia, a los veintiún minutos, por medio de Seguí. A los treinta y seis, igualó el Barcelona, por medio de Eulogio Martínez, terminando así la primera parte. A los tres minutos de la segunda parte, marcó otra vez el Valencia, por medio de Areta, y a los veintisiete minutos vuelve a nivelar distancias Tejada. A los 43 minutos consigue el tercer tanto para los merenges Martín, y un minuto después, perdidas las esperanzas, marca el último tanto Manchón.
El punto que el Barcelona arrancara el domingo del campo merengue es tanto más valioso cuanto que Mestalla resulta para los equipos catalanes un poco horma de su zapato, tal vez por aquello que le atribuyen al Valencia, que resulta inocente en las tácticas contra los equipos débiles y, por el contrario, difícil para los de prestigio y potencia. Pero además existe aquí una gran expectación por ver cómo desarrollaba su juego, en potencia y táctica, una alineación de auténticos jugadores jóvenes. Y bien que respondieron los once de Balmanya, porque si la juventud y el entusiasmo pueden lograr muchas veces el triunfo, a pesar de la supuesta inexperiencia o falta de veteranía, aquí dejaron bien sentado los azulgrana que no fue sólo la voluntad de vencer lo que les mantuvo sin flaquezas en el ataque durante todo el encuentro, sino que además hicieron alarde de un juego abierto, limpio, batallador y deportivo, y de una perfecta e inteligente táctica que no logró romper en un solo momento la veteranía del once merengue.
Si en la primera parte del encuentro puede decirse que el juego fue alterno, aún con ligero dominio de los locales, en la segunda, que teóricamente decía ser la más floja, lograron imponerse a sus contrincantes, mereciendo, sin duda, por el desarrollo del juego y hasta por la peligrosidad de las jugadas y los remates, un posible triunfo. El Barcelona administró el pase corto o largo a las consecuencias del momento, y aunque predominaba el avance horizontal, por apoyo en triángulo de los avances, cuando calibraba la oportunidad, el balón buscaba ese hueco preciso para encontrar al jugador o adelantarse en e1 terreno intuyendo la arrancada precisa. Todas las líneas azulgrana se movieron con precisión y rapidez y la delantera se vio eficazmente reforzada por la media excelente. La mejor compenetración en el ala derecha se vio en la segunda parte: Tejada-sampedro-Martínez fueron un ariete peligrosísimo que obligó a Goyo a emplearse a fondo. Todos y cada uno merecen el elogio, pero sobre todo Ramallets en la segunda parte, pues en la primera nos pareció un poco inseguro despejando de puño.
La contienda terminó con un empate a tres tantos, conseguidos todos en buena lid y excelentes jugadas, pero distribuidas de tal forma que la afición merengue, al igual que los catalanes, pasaban de la ilusión por el triunfo a la desesperación por lograrlo. La victoria llegaba y se escapaba de las manos de forma incomprensible para unos y otros. Y no es que ocurriera nada ilógico en la contienda, deportivamente limpia, sino que al despegue en el marcador de unos, correspondía el empate inmediato de los contrincantes.
Primero marcó el Valencia, a los veintiún minutos, por medio de Seguí. A los treinta y seis, igualó el Barcelona, por medio de Eulogio Martínez, terminando así la primera parte. A los tres minutos de la segunda parte, marcó otra vez el Valencia, por medio de Areta, y a los veintisiete minutos vuelve a nivelar distancias Tejada. A los 43 minutos consigue el tercer tanto para los merenges Martín, y un minuto después, perdidas las esperanzas, marca el último tanto Manchón.
El punto que el Barcelona arrancara el domingo del campo merengue es tanto más valioso cuanto que Mestalla resulta para los equipos catalanes un poco horma de su zapato, tal vez por aquello que le atribuyen al Valencia, que resulta inocente en las tácticas contra los equipos débiles y, por el contrario, difícil para los de prestigio y potencia. Pero además existe aquí una gran expectación por ver cómo desarrollaba su juego, en potencia y táctica, una alineación de auténticos jugadores jóvenes. Y bien que respondieron los once de Balmanya, porque si la juventud y el entusiasmo pueden lograr muchas veces el triunfo, a pesar de la supuesta inexperiencia o falta de veteranía, aquí dejaron bien sentado los azulgrana que no fue sólo la voluntad de vencer lo que les mantuvo sin flaquezas en el ataque durante todo el encuentro, sino que además hicieron alarde de un juego abierto, limpio, batallador y deportivo, y de una perfecta e inteligente táctica que no logró romper en un solo momento la veteranía del once merengue.
Si en la primera parte del encuentro puede decirse que el juego fue alterno, aún con ligero dominio de los locales, en la segunda, que teóricamente decía ser la más floja, lograron imponerse a sus contrincantes, mereciendo, sin duda, por el desarrollo del juego y hasta por la peligrosidad de las jugadas y los remates, un posible triunfo. El Barcelona administró el pase corto o largo a las consecuencias del momento, y aunque predominaba el avance horizontal, por apoyo en triángulo de los avances, cuando calibraba la oportunidad, el balón buscaba ese hueco preciso para encontrar al jugador o adelantarse en e1 terreno intuyendo la arrancada precisa. Todas las líneas azulgrana se movieron con precisión y rapidez y la delantera se vio eficazmente reforzada por la media excelente. La mejor compenetración en el ala derecha se vio en la segunda parte: Tejada-sampedro-Martínez fueron un ariete peligrosísimo que obligó a Goyo a emplearse a fondo. Todos y cada uno merecen el elogio, pero sobre todo Ramallets en la segunda parte, pues en la primera nos pareció un poco inseguro despejando de puño.