Ficha de partido
Valencia CF
2 - 2
Athletic Club
Equipos titulares
Sustituciones
Timeline del partido
Inicio del partido
0'
Emiliano Moretti
27'
Iraola (Pen.)
31'
Del Horno
34'
Descanso
45'
Miguel Ángel MistaFabio Aurelio
45'
Ezkerro
59'
David Albelda
65'
Miguel Ángel MistaAsist: Rubén Baraja
73'
Orbaiz
78'
LlorenteEzkerro
81'
Marco Di VaioAsist: Pablo Aimar
81'
Carlos Marchena
82'
Llorente
82'
Miguel Ángel AnguloRoberto Ayala
83'
Stefano Fiore
83'
Marco Caneira
86'
SolabarrietaIraola
87'
GuerreroEtxeberría
90'
Final del partido
91'
Estadio
Rival: Athletic Club
Records vs Athletic Club
Máximo goleador: Mundo Suárez (19 goles)
Goleador rival: Zarra (20 goles)
Más partidos: Vicente Asensi (30 partidos)
Mayor victoria: 5 - 0 (03.04.1949)
Mayor derrota: 0 - 7 (10.10.1954)
Más repetido: 1-1 (23 veces)
Crónica
No pudo ser, aunque como se suele decir, del mal el menos. Un empate con el Athletic es un mal resultado cuando se juega en propio campo, pero visto lo visto y las circunstancias, casi es un triunfo. El Valencia rozó la gesta. Perdía por 0-2, era una alma en pena, y sacó a relucir su casta y también la calidad de sus jugadores. A Ranieri, que le silbaron el cambio de Fabio Aurelio, le salió bien la inclusión de Mista en el segundo tiempo, porque fue quien abrió el camino de la igualada que luego rubricó Di Vaio. Y él mismo, junto a Angulo y Baraja, tuvo en tramo final, casi con el tiempo cumplido, la ocasión de la hazaña. ¡Ay, ay, ay! Y el balón no quiso entrar. Resultado al margen, el Valencia no hizo un buen partido. El genio del segundo tiempo se echó de menos en el primero. Y la presión, y las ganas, y todo eso que puso el equipo blanquinegro cuando estaba sobre las cuerdas. El Athletic veía que podía romper la estadística de 17 años sin ganar en Mestalla, pero el Valencia no bajó la guardia. Reaccionó y aunque un punto dice poco cuando el líder Barcelona ha puesto la directa, al menos evitó la debacle. Mestalla llevó en volandas al equipo que evitó la derrota y la vergüenza.
Las armas que de inicio puso el rival fueron anticipación, posesión y verticalidad. El Athletic llevó la iniciativa y encontró el premio en una jugada que dará que hablar durante la semana. No fue un penalti más. Fue una polémica acción en la que el centro de Ezquerro lo tocó Caneira con la mano. Desde luego Pérez Burrull no lo dudó e Iraola, especialista, puso a los leones en ventaja. A los blanquinegros les quemaba el balón. Las pérdidas de posesión se sucedían una tras otra. El Athletic, muy tranquilo, con un claro 4-2-3-1, puso el fútbol ante un equipo sólo corazón que se movió a impulsos. Sólo tuvo coherencia en dos o tres oportunidades en las que Fabio Aurelio demostró que su recuperación es un hecho. Pero... una golondrina no hace verano.
Al Valencia le falló el motor. O los motores, porque la alineación, de cintura para arriba, estaba formada por futbolistas con imaginación y calidad: Baraja, Aimar, Fiore, el citado Fabio y Di Vaio como referencia. El vallisoletano, que es el que asume la responsabilidad de distribuir el juego, no encontró a sus compañeros y las jugadas de peligro, en acciones esporádicas e individuales, se diluyó como el azucarillo en el café. La habitual presión que ejerce el equipo de Ranieri sólo se vio en cuenta gotas y el Athletic jugó muy cómodo. La permuta de Mista por Fabio al inicio del segundo tiempo no gustó a la grada. Bronca y algunos pañuelos. Ranieri había sacrificado al jugador más entonado para colocar un compañero para Di Vaio, hasta ese momento una isla en el ataque.
El Valencia tomaba la iniciativa. No le quedaba otra. Pero cuando más estaba apretando el equipo blanquinegro llegó el segundo jarro de agua fría. Ezquerro le ganó la espalda a Albelda, y tras controlar con habilidad un servicio de Iraola batió a Cañizares. La pasividad defensiva, quizá adelantada, también fue determinante. Por momentos hubo desesperación de quien se ve superado y sin apenas soluciones. Aún así el Valencia siguió luchando y Mista acortó distancias antes de cumplirse la media hora. Era el tanto de la esperanza. Un gol que volvía a meter a los de Ranieri en el partido. El equipo continuó insistiendo en busca de lo que parecía imposible. Ya funcionaban hasta las bandas y un centro de Aimar los cabeceó Di Vaio provocando el delirio de público volcado que quería llevar a su equipo en volandas.
Las armas que de inicio puso el rival fueron anticipación, posesión y verticalidad. El Athletic llevó la iniciativa y encontró el premio en una jugada que dará que hablar durante la semana. No fue un penalti más. Fue una polémica acción en la que el centro de Ezquerro lo tocó Caneira con la mano. Desde luego Pérez Burrull no lo dudó e Iraola, especialista, puso a los leones en ventaja. A los blanquinegros les quemaba el balón. Las pérdidas de posesión se sucedían una tras otra. El Athletic, muy tranquilo, con un claro 4-2-3-1, puso el fútbol ante un equipo sólo corazón que se movió a impulsos. Sólo tuvo coherencia en dos o tres oportunidades en las que Fabio Aurelio demostró que su recuperación es un hecho. Pero... una golondrina no hace verano.
Al Valencia le falló el motor. O los motores, porque la alineación, de cintura para arriba, estaba formada por futbolistas con imaginación y calidad: Baraja, Aimar, Fiore, el citado Fabio y Di Vaio como referencia. El vallisoletano, que es el que asume la responsabilidad de distribuir el juego, no encontró a sus compañeros y las jugadas de peligro, en acciones esporádicas e individuales, se diluyó como el azucarillo en el café. La habitual presión que ejerce el equipo de Ranieri sólo se vio en cuenta gotas y el Athletic jugó muy cómodo. La permuta de Mista por Fabio al inicio del segundo tiempo no gustó a la grada. Bronca y algunos pañuelos. Ranieri había sacrificado al jugador más entonado para colocar un compañero para Di Vaio, hasta ese momento una isla en el ataque.
El Valencia tomaba la iniciativa. No le quedaba otra. Pero cuando más estaba apretando el equipo blanquinegro llegó el segundo jarro de agua fría. Ezquerro le ganó la espalda a Albelda, y tras controlar con habilidad un servicio de Iraola batió a Cañizares. La pasividad defensiva, quizá adelantada, también fue determinante. Por momentos hubo desesperación de quien se ve superado y sin apenas soluciones. Aún así el Valencia siguió luchando y Mista acortó distancias antes de cumplirse la media hora. Era el tanto de la esperanza. Un gol que volvía a meter a los de Ranieri en el partido. El equipo continuó insistiendo en busca de lo que parecía imposible. Ya funcionaban hasta las bandas y un centro de Aimar los cabeceó Di Vaio provocando el delirio de público volcado que quería llevar a su equipo en volandas.