Inicio del partido

0'

Descanso

45'

Taltavull

67'

Final del partido

90'

Ciertamente, y aunque fuera por una sola vez, existía en Tarragona una gran expectación para presenciar el partido que su equipos debía disputar al líder. Por otra parte, el considerable contingente de aficionados valencianos que se habían desplazado a la Imperial Tarraco, dieron una mayor nota de colorido al encuentro.

La pertinaz lluvia caida durante la tarde no menguó esta expectación ni fue óbice para que el partido discurriera dentro de lo emotivo, dada la igualdad de fuerzas impetantes sobre el terreno. Sí, empero, dificultó esta circunstancia la brillantez que indudablemente hubiera tenido el partido de poder ambos conjuntos desenvolverse con toda normalidad, precisando las jugadas que se iniciaban, pero que no podían en forma alguna tener la debida continuidad, dada la pesadez de un terreno embarrado, ni controlar debidamente un balón escurridizo por demás.

El encuentro, en su totalidad, vino a confirmar, una vez más, lo que el entusiasmo y brío puede lograr cuando al mismo se auna unos conocimientos y se posee una inmejorable condición física, por cuanto es indiscutible que el triunfo bermellón llegó por todos estos factores conjuntados. Con una firme defensiva en la última parte del partido, cuando el Valencia perseguía el empate con encono, y un brillante juego de ataque hasta conseguir el gol de la victoria, el Gimnástico dominó en la mayor parte del encuentro, aunque a esto contribuyese la táctica defensiva del Valencia, que retrasó sus líneas, dejando adelantados a Gago, Morera y Giraldós, por si se presentaba la oportunidad de sorprender a la defensa gimnástica.

El forcejeo de la delantera local, magníficamente apoyada por la línea media y muy bien conducida por Taltavull, no obtuvo resultados prácticos en el primer tiempo, pero después del descanso, cuando los componentes del Valencia empezaron a moverse con mayor dificultad sobre el embarrado terreno, lograron batir a Eizaguirre que venía jugando formidablemente, anulando sus esfuerzos y ataques. Un saque de esquina tirado muy precisamente por Panadés, fue rematado de cabeza por Taltavull, mandando el balón a la red. Arbitró bien, en general, el colegiado señor González (Plácido).