Ficha de partido
Real Betis
3 - 2
Valencia CF
Equipos titulares
Sustituciones
Ninguno
Timeline del partido
Inicio del partido
0'
Lecue
20'
Jesús NavarroAsist: Domingo Torredeflot
22'
Enrique
30'
Capillas
35'
Francisco MontañésAsist: Domingo Torredeflot
38'
Descanso
45'
Final del partido
90'
Estadio
Rival: Real Betis
Records vs Real Betis
Máximo goleador: Arturo Montes (10 goles)
Goleador rival: Unamuno (6 goles)
Más partidos: Ricardo Arias (22 partidos)
Mayor victoria: 6 - 0 (05.04.1931)
Mayor derrota: 0 - 4 (05.05.1985)
Más repetido: 2-1 (17 veces)
Crónica
Henos otra vez ante ti, lector, después de las dilatadas vacaciones que nos hicieron "disfrutar", mal de nuestro grado. Correctos somos, y por ello, "antes de entrar en materia", que dicen quienes presumen de oradores, te dirigimos un saludo efusivo. Vaya, pues, el significativo apretón de manos, y sin otro preámbulo que éste, conveniente a las buenas costumbres, aun no perdidas totalmente, pasemos a enjuiciar sobre el desarrollo del Betis-Valencia, acaecido el domingo sobre la parcela sevillana del Patronato Obrero.
Ambos adversarios se mostraron con las características de siempre. El conjunto valencianista, duro y pesadote, más seguro en la defensiva que eficaz en el ataque, si bien éste cuenta con dos elementos rápidos, como son Torredeflot y Navarro, a quienes frenan sus compañeros de quinteto, y el grupo bético, veloz y alegre, empujado por ese maravilloso bordador de jugadas que se llama Soladrero, quien ha encontrado su mejor discípulo en el bullicioso Lecue, vasco, como el maestro. Puede decirse que el partido fue una sucesión de creaciones del gran medio centro, que tuvo su tarde; esa tarde que quiere ver Escartín, el buen arbitro y querido compañero.
Así, el tanteo, favorable al Betis, pudo y debió ser mucho más crecido; pero en la línea asaltante sólo había dos hombres: Lecue, ya citado, y Timimi, que se produjesen a tono con el director bético. Porque Enrique, dominado por el zaguero valencianista de su lado; Adolfo II, que aún no ha recobrado su sitio, y Capillas, torpe e indeciso, no secundaron convenientemente el continuado esfuerzo del terceto eje, cuyos servicios se multiplicaron, hasta agobiar al trío defensivo de los valencianos,
por tal causa, siempre en actividad. Claro que es muy difícil el desbordamiento de la pareja Melenchón-Pasarín, magnificamente trabada y colocada; pero con la cantidad de balones que Soladrero dejó caer sobre la meta de Cano había ocasión más que sobrada para la consecución de nuevos goals. Capillas, sobre todo, quizá por mejor conocedor de la dureza de los zagueros valencianistas, no quiso ni aun oler el terreno de los valientes, con lo que el adelante bético se quebró.
Por su parte el Valencia, salvo la excelente actuación de su retaguardia, de que ya hemos hecho mérito, bien poco hizo en el ataque. El terceto medio se movió con lentitud, y los servicios al quinteto provenían generalmente de los backs.
Durante el primer tiempo, en que se lograron cuantos tantos hubo, las reacciones valencianistas, siempre a la escapada por el centro o la extrema derecha, menudearon; y aunque el asalto bético fuera más sólido, consiguieron contrarrestar el tanteo, hasta dejarlo reducido a la mínima diferencia. Cuando Vilalta silbó el descanso el indicador señalaba 3-2 favorable al Betis. Kn los últimos tres cuartos de hora no hubo más que un Soladrero cortando todo y sirviendo como quería, y un Arezo excelente también, que en la zaga despejaba magníficamente lo poco que a sus dominios llegaba.
Para los aficionados a la estadística, los tantos se marcaron así: primero, el Betis: centro de Timimi y remate de Lecue: segundo, el Valencia: centro de Torredeflot y empalme rápido de Navarro; tercero, el Betis: Lecue avanza y cambia el juego hacia el extremo derecha; Timimi centra largo y Enrique cruza un buen cabezazo; cuarto, el Betis: Jesusín saca un free-kick, que Capillas remata sobre la marcha, y quinto y último, el Valencia: escapada rápida de Montañés, que fusila desde cerca. Es de advertir que la delantera valencianista es peligrosa en los tiros, si bien, como antes advertimos, le falta homogeneidad. Vilalta hizo un buen arbitraje. Se le pueden disculpar algunos errores, si se tiene en cuenta su preocupación por que se jugase limpio: eso lo consiguió plenamente.
Ambos adversarios se mostraron con las características de siempre. El conjunto valencianista, duro y pesadote, más seguro en la defensiva que eficaz en el ataque, si bien éste cuenta con dos elementos rápidos, como son Torredeflot y Navarro, a quienes frenan sus compañeros de quinteto, y el grupo bético, veloz y alegre, empujado por ese maravilloso bordador de jugadas que se llama Soladrero, quien ha encontrado su mejor discípulo en el bullicioso Lecue, vasco, como el maestro. Puede decirse que el partido fue una sucesión de creaciones del gran medio centro, que tuvo su tarde; esa tarde que quiere ver Escartín, el buen arbitro y querido compañero.
Así, el tanteo, favorable al Betis, pudo y debió ser mucho más crecido; pero en la línea asaltante sólo había dos hombres: Lecue, ya citado, y Timimi, que se produjesen a tono con el director bético. Porque Enrique, dominado por el zaguero valencianista de su lado; Adolfo II, que aún no ha recobrado su sitio, y Capillas, torpe e indeciso, no secundaron convenientemente el continuado esfuerzo del terceto eje, cuyos servicios se multiplicaron, hasta agobiar al trío defensivo de los valencianos,
por tal causa, siempre en actividad. Claro que es muy difícil el desbordamiento de la pareja Melenchón-Pasarín, magnificamente trabada y colocada; pero con la cantidad de balones que Soladrero dejó caer sobre la meta de Cano había ocasión más que sobrada para la consecución de nuevos goals. Capillas, sobre todo, quizá por mejor conocedor de la dureza de los zagueros valencianistas, no quiso ni aun oler el terreno de los valientes, con lo que el adelante bético se quebró.
Por su parte el Valencia, salvo la excelente actuación de su retaguardia, de que ya hemos hecho mérito, bien poco hizo en el ataque. El terceto medio se movió con lentitud, y los servicios al quinteto provenían generalmente de los backs.
Durante el primer tiempo, en que se lograron cuantos tantos hubo, las reacciones valencianistas, siempre a la escapada por el centro o la extrema derecha, menudearon; y aunque el asalto bético fuera más sólido, consiguieron contrarrestar el tanteo, hasta dejarlo reducido a la mínima diferencia. Cuando Vilalta silbó el descanso el indicador señalaba 3-2 favorable al Betis. Kn los últimos tres cuartos de hora no hubo más que un Soladrero cortando todo y sirviendo como quería, y un Arezo excelente también, que en la zaga despejaba magníficamente lo poco que a sus dominios llegaba.
Para los aficionados a la estadística, los tantos se marcaron así: primero, el Betis: centro de Timimi y remate de Lecue: segundo, el Valencia: centro de Torredeflot y empalme rápido de Navarro; tercero, el Betis: Lecue avanza y cambia el juego hacia el extremo derecha; Timimi centra largo y Enrique cruza un buen cabezazo; cuarto, el Betis: Jesusín saca un free-kick, que Capillas remata sobre la marcha, y quinto y último, el Valencia: escapada rápida de Montañés, que fusila desde cerca. Es de advertir que la delantera valencianista es peligrosa en los tiros, si bien, como antes advertimos, le falta homogeneidad. Vilalta hizo un buen arbitraje. Se le pueden disculpar algunos errores, si se tiene en cuenta su preocupación por que se jugase limpio: eso lo consiguió plenamente.