Ficha de partido: 11.09.2005: Real Zaragoza 2 - 2 Valencia CF

Ficha de partido

Real Zaragoza
Real Zaragoza
2 - 2
Valencia CF
Valencia CF

Equipos titulares

Timeline del partido

escudo local
Inicio del partido
0'
escudo visitante
Miguel Ángel AnguloAsist: Marco Di Vaio
1'
Ewerthon
7'
CaniEwerthon
12'
Emiliano Moretti
19'
Cani
28'
ValbuenaCésar
30'
Descanso
45'
Pablo AimarMiguel Ángel Angulo
62'
Raúl Albiol
62'
Vicente RodríguezMarco Di Vaio
69'
Álvaro
70'
David VillaRubén Baraja
76'
David VillaAsist: Miguel Ángel Mista
81'
David Albelda
88'
Final del partido
90'

Estadio



Nombre: La Romareda
Aforo: 34.596 espectadores
Ubicación: Zaragoza (Zaragoza) 
Inauguración: 08/09/1957

Rival: Real Zaragoza

Records vs Real Zaragoza

Máximo goleador: Manuel Badenes (9 goles)
Goleador rival: Duca (6 goles)
Mayor victoria: 7 - 0 (14.02.1943)
Mayor derrota: 1 - 6 (19.04.1959)
Más repetido: 1-0 (13 veces)

Crónica

El empate en La Romareda es, tal y como se habían puesto las cosas, un gran premio para el Valencia, que había comenzado adelantándose en el marcador y luego fue a remolque muchos minutos. El primer tiempo de los de Quique resultó para olvidar, o para recordar con el fin de no cometer los mismos pecados. Y es que sólo tras el descanso, cuando el equipo contó con Vicente, Aimar y Villa, se vio a un Valencia con mayor entidad.

Un punto no resuelve la larga racha de patidos sin ganar en terreno ajeno, pero mantiene la favorable estadística del Valencia en La Romareda. Sin jugar bien, es un gran premio. A diez minutos del final, el ex jugador local Villa salvó los muebles. El Guaje evitó el macht ball que mantuvieron los de Víctor Muñoz durante muchos minutos. Pudieron haber apuntillado tras levantar el 0-1 que había hecho Angulo. Pero no supieron y los de Quique, yendo de menos que nada a bastante más, evitaron el varapalo. Al técnico le queda un largo trabajo por delante. Ayer se vio con meridiana claridad. La solidez defensiva que ha sido la enseña de este equipo se tambaleó, con especial mención para el ala izquierda, como también el medio campo, donde Baraja, falto de forma, no acierta a tomar el mando. Y a pesar de los goles de Angulo y Villa, la efectividad en ataque sigue siendo una asignatura pendiente para algunos futbolistas.

Con sólo tres toques el Zaragoza puso en agobios al Valencia. Con reiteración. Movilla, Ewerthon y Diego Milito llevaban permanente peligro. También temblaba el Valencia por la parte izquierda, con Savio desequilibrando. Una y otra vez. Los blanquinegros se vieron desbordados por la velocidad del rival y la pasividad propia. No hubo color. En el primer tiempo el equipo maño llevó la iniciativa y puso el juego. El Valencia, mera comparsa. Curiosamente los de Quique abrieron el melón. Un buen servicio de Rufete lo envió Angulo a la red. Había transcurrido sólo un minuto. Pero el gol, que debía dar alas a un equipo que lleva más de nueve meses sin ganar en campo ajeno, quedó en nada. Fue al revés. Desde ese momento el Zaragoza tomó el mando. Movilla cogió la batuta y dirigió. Seguridad atrás, propiciada por la escasa efectividad ofensiva de los valencianistas y repetidas jugadas de ataque.

Savio, por la derecha, puso en evidencia a Albiol, y Ewerthon, por la izquierda, se las hizo pasar canutas a Fabio Aurelio. Aunque una lesión apartó muy pronto del juego al ex del Borussia, su relevo, Cani, tomó el testigo y convirtió esa zona en un pasillo con alfombra roja. Antes de irse a la enfermería, el brasileño, totalmente solo en el vértice del área, se preparó el disparo que dobló las manos a Cañizares. Era el empate y el delirio en La Romareda. Un gol que más que alas dio queroxeno a los de Víctor Muñoz, que en un abrir y cerrar de ojos pasaron por encima de un Valencia apático, desdibujado, impotente.

Quique apostó por Aimar en la segunda parte, poco después de los 15 minutos, cuando la lluvia hizo que el Valencia empezara a desperezarse, con un aire levemente más incisivo. Poco después Vicente reemplazó a Di Vaio. Variaba totalmente el esquema ofensivo, aunque no se atisbó solución. A 14 minutos del final Quique se la jugó. Villa entró por Baraja. Y casi sin que los jugadores se reubicasen, el Guaje marcó de tiro raso. Villa no lo celebró por respeto a su anterior afición, pero sí el equipo y sus seguidores. Era un gran premio como para quedarse quieto.