Inicio del partido

0'

David SilvaAsist: Fernando Morientes

6'

Francesco TavanoMario Regueiro

20'

ZurdoZanotti

36'

Hugo VianaAsist: Fernando Morientes

44'

Descanso

45'

Jorge LópezMiguel Brito

45'

Aarón ÑíguezDavid Silva

67'

MasegosaJito

70'

ZúñigaRubio

74'

Final del partido

90'

El Valencia, como era de prever, ya está en el bombo esperando rival para los octavos de final de la Copa. La próxima aparición en el torneo será en 2007 y es de esperar que, para entonces, se hayan recuperado efectivos, que falta hacen. Anoche, un partido más, un lesionado más: Regueiro, uno de los escasos efectivos que quedaban para la maldita banda izquierda, aunque parece no revestir excesiva gravedad. Si se mantiene la media actual, a este ritmo, es poco menos que imposible adivinar con qué número de jugadores se va a quedar Quique en la plantilla.

Ni siquiera en compromisos de menor fuste, como el de ayer, que bien se pueden catalogar como de guante blanco, perdonan las lesiones al Valencia. Alguien le ha echado una maldición. La banda izquierda sigue siendo víctima de una sangría que no hay quien la ataje. Es para creer en brujas. Además, si alguien albergaba una mínima duda respecto al desenlace del encuentro, pronto quedó disipada. Siete minutos bastaron a un David Silva que, como media punta, volvió a deleitar, para hacer el primer tanto, de bella elaboración, y sentenciar el duelo y la eliminatoria. Pues ni por esas se libró el Valencia de nuevos problemas físicos.

Al cuarto de hora de juego ya había caído Regueiro. Psicosis general y Quique a restructurar el equipo, lo que propició el debut de Tavano. Se colocó como acompañante de Morientes en ataque, a veces algo más retrasado, y Silva pasó a la banda izquierda. Con la ventaja mínima a favor, el Valencia se lo tomó con calma y el Portuense le echó arrestos y ganó metros hacia arriba. Pero sólo eso. Nunca creó verdadero peligro, porque la diferencia respecto al rival y el peso de un terreno de juego como el de Mestalla también se dejó notar. Ilusión, ganas, pero sin hacer daño.

El único atractivo que quedaba era observar las novedades y, por supuesto, rezar para que no hubiera más lesionados. Y, por orden de alineación, Cerra cumplió. Sin alardes, pero asentado y sin nervios. Hugo Viana mostró buenos fundamentos y acertados desplazamientos del cuero en largo. Pero alternó errores en la entrega y adoleció de velocidad, propio, por otra parte, de su falta de ritmo. Eso sí, hizo un muy buen gol y, en líneas generales, demostró que se puede contar con él. Otra novedad fue la posición de Miguel haciendo de Joaquín. El portugués demostró que sabe atacar, que le gusta, pero no forzó la máquina, menos aún tras dos tarascadas sufridas que obligaron a Quique a retirarlo en el descanso. El sábado hay Liga.

Tavano gustó. Ligeramente atenazado de salida, se fue soltando y ofreció detalles de buen futbolista. Cuando retrasó algunos metros su posición demostró clarividencia en los desplazamientos y que sabe mirar a la portería contraria. En la segunda mitad, la larga inactividad le pasó factura. Como epílogo, Quique quiso complacer a Carboni y tiró de cantera dando entrada a Aarón. A ver hasta donde llega. En un par de días, el Athletic.