Ficha de partido
RCD Espanyol
3 - 0
Valencia CF
Equipos titulares
Sustituciones
Timeline del partido
Inicio del partido
0'
Descanso
45'
RománIván Alonso
63'
Román
65'
Pablo HernándezJoaquín Sánchez
72'
Fernando MorientesHedwiges Maduro
78'
Vicente RodríguezRubén Baraja
78'
CallejónTamudo
82'
Pareja
82'
Pareja
83'
RufeteDe la Peña
89'
Pablo Hernández
90'
Nené (Pen.)
95'
Final del partido
96'
Estadio
Rival: RCD Espanyol
Records vs RCD Espanyol
Máximo goleador: Mundo Suárez (21 goles)
Goleador rival: Prat (9 goles)
Más partidos: Juan Ramón Santiago (28 partidos)
Mayor victoria: 4 - 0 (19.10.2003)
Mayor derrota: 0 - 7 (10.06.1928)
Más repetido: 2-1 (25 veces)
Crónica
El Valencia puso fin a su racha de siete partidos invicto tras caer en Montjuïc ante un gran Espanyol. El 3-0 final, excesivo a todas luces, se explica por la diferencia en el remate que exhibieron los dos equipos. El conjunto de Unai Emery jugó un buen partido, seguro de sí mismo, dominador en algunas fases, pero con la pólvora limitada. Apenas exigió a Kameni. El Espanyol, un equipo que inexplicablemente ha estado toda la campaña hundido en la clasificación y al que ha resucitado Mauricio Pochettino, contuvo con solvencia todos los ataques blanquinegros y sentenció en la segunda parte, cuando el encuentro se abrió, gracias al excelente golpeo de balón de Román y Nico Pareja. El Valencia sigue cuarto pero pierde una inmejorable oportunidad de escaparse de sus perseguidores. El próximo duelo, el sábado contra un Real Madrid muy tocado, será crucial.
La eficacia defensiva se impuso a la intensidad atacante que tuvo la primera parte. El partido nació con chispa, muy vivo. Los dos equipos se impulsaron en la inercia ganadora que encadenaban en el último mes y la necesidad clasificatoria que arrastran para cumplir sus diferentes objetivos. Triangularon buen fútbol, cada uno con sus recursos. El Valencia, de tres cuartos de cancha para arriba, volvió a desplegar su potencial, con Silva, Mata, Joaquín y Villa, todo dirigidos bajo la batuta de Baraja. Incluso los laterales pisaban área. La sobriedad de Nico Pareja y Jarque, dos centrales de fuste, taponaron el pase final, el del gol.
Las respuestas del Espanyol pasaban por los prodigiosos pies y clarividentes ideas de Iván De la Peña que, pese a la buena marca de Marchena, aportó un par de medidas asistencias a la espalda de los defensas valencianistas, en busca de la pillería de Tamudo en la resolución. El trabajo de Albiol y Marchena en la anticipación fue destacable. Paradójicamente, apenas hubo disparos entre los tres palos en el primer acto pese al buen juego de ambos equipos. Sólo acabando la primera parte, y aprovechando un contragolpe, el Espanyol tuvo opción de marcar, pero Iván Alonso chutó muy desviado.
Clos Gómez decretaba el tiempo de descanso con las dos aficiones participando del ambiente festivo, salvando la distancia de la grada con el terreno de juego e intercambiándose corrosivos cánticos irónicos. Se había jugado a un ritmo tan alto y limpio que no hubo apenas faltas y la única tarjeta llegó en los "minutos de la basura".
El intercambio de golpes se acrecentó en la segunda parte. El 0-0 se sostenía con un frágil equilibrio. El Valencia acumuló más saques de esquina y faltas. Villa, ayer apagado con un perfecto marcaje, probó a Kameni con un golpe franco ajustado al palo. Tamudo tuvo en sus botas el primer gol, pero sería Román quien inaugurara el marcador. A los pocos minutos de sustituir al lesionado Iván Alonso, el mediocentro argentino, máximo goleador de los "periquitos" por su llegada desde media distancia, batió a César con un estupendo disparo directo a la escuadra.
No había más remedio que encomendarse de nuevo al espíritu de las remontadas que el Valencia había materializado en ese escenario. Pero el equipo de Unai Emery acusó el gol en contra y el Espanyol, pletórico y con De la Peña desatado, arrinconó al Valencia contra las cuerdas. César alargó la llegada de la sentencia definitiva con dos estiradas cruciales. Emery miró al banquillo y arriesgó con la entrada de Pablo, Vicente y Morientes. No dio tiempo para comprobar los resultados de la apuesta ofensiva porque de una falta inexistente de Miguel a Tamudo llegó el segundo gol españolista. Todo un golazo, a decir verdad. Nico Pareja pateó de forma magistral al mismo ángulo inalcanzable de la escuadra por donde entró el primer gol. Roto el hechizo, ya no había partido, sólo fiesta blanquiazul. Aún hubo tiempo para que el "ex" Rufete provocara el dudoso penalti que elevó un 3-0 demasiado aparatoso.
La eficacia defensiva se impuso a la intensidad atacante que tuvo la primera parte. El partido nació con chispa, muy vivo. Los dos equipos se impulsaron en la inercia ganadora que encadenaban en el último mes y la necesidad clasificatoria que arrastran para cumplir sus diferentes objetivos. Triangularon buen fútbol, cada uno con sus recursos. El Valencia, de tres cuartos de cancha para arriba, volvió a desplegar su potencial, con Silva, Mata, Joaquín y Villa, todo dirigidos bajo la batuta de Baraja. Incluso los laterales pisaban área. La sobriedad de Nico Pareja y Jarque, dos centrales de fuste, taponaron el pase final, el del gol.
Las respuestas del Espanyol pasaban por los prodigiosos pies y clarividentes ideas de Iván De la Peña que, pese a la buena marca de Marchena, aportó un par de medidas asistencias a la espalda de los defensas valencianistas, en busca de la pillería de Tamudo en la resolución. El trabajo de Albiol y Marchena en la anticipación fue destacable. Paradójicamente, apenas hubo disparos entre los tres palos en el primer acto pese al buen juego de ambos equipos. Sólo acabando la primera parte, y aprovechando un contragolpe, el Espanyol tuvo opción de marcar, pero Iván Alonso chutó muy desviado.
Clos Gómez decretaba el tiempo de descanso con las dos aficiones participando del ambiente festivo, salvando la distancia de la grada con el terreno de juego e intercambiándose corrosivos cánticos irónicos. Se había jugado a un ritmo tan alto y limpio que no hubo apenas faltas y la única tarjeta llegó en los "minutos de la basura".
El intercambio de golpes se acrecentó en la segunda parte. El 0-0 se sostenía con un frágil equilibrio. El Valencia acumuló más saques de esquina y faltas. Villa, ayer apagado con un perfecto marcaje, probó a Kameni con un golpe franco ajustado al palo. Tamudo tuvo en sus botas el primer gol, pero sería Román quien inaugurara el marcador. A los pocos minutos de sustituir al lesionado Iván Alonso, el mediocentro argentino, máximo goleador de los "periquitos" por su llegada desde media distancia, batió a César con un estupendo disparo directo a la escuadra.
No había más remedio que encomendarse de nuevo al espíritu de las remontadas que el Valencia había materializado en ese escenario. Pero el equipo de Unai Emery acusó el gol en contra y el Espanyol, pletórico y con De la Peña desatado, arrinconó al Valencia contra las cuerdas. César alargó la llegada de la sentencia definitiva con dos estiradas cruciales. Emery miró al banquillo y arriesgó con la entrada de Pablo, Vicente y Morientes. No dio tiempo para comprobar los resultados de la apuesta ofensiva porque de una falta inexistente de Miguel a Tamudo llegó el segundo gol españolista. Todo un golazo, a decir verdad. Nico Pareja pateó de forma magistral al mismo ángulo inalcanzable de la escuadra por donde entró el primer gol. Roto el hechizo, ya no había partido, sólo fiesta blanquiazul. Aún hubo tiempo para que el "ex" Rufete provocara el dudoso penalti que elevó un 3-0 demasiado aparatoso.