Ficha de partido: 15.03.1997: Atlético de Madrid 1 - 4 Valencia CF

Ficha de partido

At. Madrid
At. Madrid
1 - 4
Valencia CF
Valencia CF

Equipos titulares

Timeline del partido

escudo local
Inicio del partido
0'
escudo visitante
Ariel OrtegaAsist: Pepe Gálvez
7'
Xabier EskurzaAsist: Ariel Ortega
26'
Valery KarpinJavier Farinós
31'
Pantic
32'
Jose Ignacio Sáenz
34'
Jose Ignacio SáenzAsist: Fernando Gómez
36'
AguileraBiagini
45'
CamineroRoberto
45'
Descanso
45'
Xabier Eskurza
47'
Caminero
51'
Geli
54'
Antonio PoyatosFernando Gómez
55'
Juan CarlosPantic
63'
Leandro MachadoPepe Gálvez
71'
Antonio Poyatos
79'
Valery Karpin
80'
Leandro Machado
84'
Leandro MachadoAsist: Ariel Ortega
89'
López
90'
Final del partido
91'

Estadio



Nombre: Vicente Calderón
Aforo: 54.851 espectadores
Ubicación: Madrid (Madrid) 
Inauguración: 02/10/1966

Rival: At. Madrid

Records vs At. Madrid

Máximo goleador: Mundo Suárez (16 goles)
Goleador rival: Luis Aragonés (12 goles)
Mayor victoria: 9 - 1 (13.09.1936)
Mayor derrota: 0 - 5 (10.11.1985)
Más repetido: 1-1 (22 veces)

Crónica

Por entre los agujeros que el Valencia hizo ayer en el Calderón se aprecia una forma de vivir. Un estadio en ebullición, un equipo sanguíneo y un pueblo de bravura. Es el Atlético de Madrid, algo impregnado en la piel de la gente, un club que sobrevive a sus derrotas, su historia y quienes se creen sus dueños. El 1-4 es el final casero de una semana traumática que empezó en Sevilla, creció en Barcelona y se acabó en Madrid con un recuento de goles en contra, puntos sólo para la sutura, caídas al vacío y complicaciones de futuro. El partido de ayer pronunció dos discursos opuestos desde los banquillos, entronizó a Kiko, Aguilera, Caminero, Ortega y Fernando, y cedió los honores a un público fundamental.

Al Atlético se le clavaron tres goles en media hora. El sol apacible de la tarde se hizo ventisca en el lado de casa y siguió calentando en el otro. El Valencia amasó la primera parte con su estilo, el fútbol de autor que firma todo equipo de Valdano. Irreconocibles, el Valencia frenó ayer el perfil apresurado del Atlético con una mano de pausa, una lección de paciencia para hacer el juego poco a poco, pase a pase. Es esa cadencia que desespera a los socios del fútbol directo, pero que eleva el espectáculo y dignifica a los jugadores que lo practican.

Por ahí llegaron tres goles impecables. El primero fue un balón que Gálvez colocó con suavidad en la zona letal de Ortega. El argentino se deshizo de dos rivales y abrió los asuntos contables del día. El segundo vino de un pase de Ortega dentro del área, cuando le acechaban piernas enemigas. La pelota llegó a Eskurza, que levantó levemente una vaselina directa a la red. El tercero pareció un homenaje a la figura de Fernando. El centrocampista construyó una pared con José Ignacio en un toque imposible y mágico. Después, su compañero machacó a Molina, que salió a por nada. El Calderón habló entonces en voz alta. Había saludado a su equipo con palmas y colores al comienzo del partido, pero no hubo cántico que se quedara mudo tras el 0-3. Cargó contra Solozábal con una sentencia demasiado dura, pero luego lo olvidó. Todo el calor bajó al césped en el descanso mientras el vestuario atlético recuperaba su dosis habitual de adrenalina.

La segunda parte fue un manual personalista de Antic, una ración del otro fútbol que estaba en juego. Todo ocurrió muy deprisa, como más le gusta al Atlético. Caminero empujó la pelota a la salida de un córner y la metió directamente en la esperanza de la gente. El gol fue el anuncio de un alud de ocasiones falladas, la acampada de un montón de jugadores en tierra valencianista.

En ese pedazo de tarde, el Atlético de Madrid sumó una decena de opciones de gol. Tiros a puerta, remates de cabeza, peligros desde los córners, dos balonazos al palo y dos posibles penaltis se volcaron sobre la portería de Zubizarreta, un guardameta con los reflejos a punto y los pies de más. El vaivén lo pusieron los contragolpes del Valencia, tirados a la basura por los vicios insolidarios de Ortega, que curó su defecto con un pase final a Leandro. El brasileño marcó y repitió su gesto canino.