El Valencia afrontaba la temporada 2012/2013 con la esperanza de vivir un año tranquilo, tanto en el ámbito deportivo como social. Sin embargo, la temporada acabó siendo una de las más convulsas de los últimos años. Deportivamente, la campaña resultó decepcionante. Sin títulos y fuera de los puestos de la Liga de Campeones tras el paso de dos entrenadores por el banquillo, la gran cantidad de problemas sociales hicieron mella en un equipo que parecía abocado al fracaso tras un desastroso arranque. La dimisión de Manuel Llorente hacia el final de la campaña y el vaivén sobre las responsabilidades por la deuda del club, no ayudaron a que el año finalizara de la manera que todos esperaban cuando comenzó.
Mauricio Pellegrino vuelve al Valencia
Al finalizar la temporada anterior, y tras anunciarse la no renovación de Unai Emery tras cuatro temporadas en el banquillo valencianista, el club barajaba varias opciones para el banquillo. La primera opción de la dirección deportiva era el portugués André Vilas-Boas, aunque también sonaba el ex-jugador del Valencia Miroslav Djukic, que ya tenía experiencia en varias Ligas, incluido la española, y había completado una buena campaña con el Valladolid. Sin embargo, Manuel Llorente decidió personalmente decantarse por una apuesta arriesgada y firmó al ex-valencianista Mauricio Pellegrno. Sin haberse entrenado nunca en un equipo de primer nivel, el presidente depositó toda su confianza en el argentino, que había sido segundo de Rafa Benítez en su época gloriosa en el Liverpool.
Ventas millonarias
El aficionado del Valencia ya estaba acostumbrado a ver desfilar por la puerta de salida a sus mejores estrellas todos los veranos. Esta vez, es el joven canterano Jordi Alba el último en abandonar el equipo. Su rendimiento durante la temporada anterior había sido magnífico, hasta el punto de haberse convertido en titular indiscutible con la selección española. Su contrato finalizaba en 2013, y Manuel Llorente había iniciado las negociaciones para su renovación la temporada anterior, anunciándose un acuerdo cercano que, sin embargo, nunca llega a plasmarse.
El traspaso de Jordo Alba al FC Barcelona se anuncia el 28 de junio de 2012, durante el trascurso de la Eurocopa en la que Jordi se consagra como una estrella, marcando incluso un gol con la selección en la final contra Italia. El fichaje se cierra por 14 millones de euros, siendo es una de las operaciones estrella del verano, pero ni mucho menos la única en el Valencia. La puerta de salida también la toman Pablo Hernández, Aritz Aduriz, Mehmet Topal y Miguel Ángel Moyà, por los que se ingresa un total de 31,5 millones de euros. Al margen de Miguel, Dealbert, Maduro y Bruno a los que no se les renueva el contrato y Míchel y el Chori Domínguez que rescinden los suyos.
En cuanto a las llegadas, se cierran siete fichajes para esta temporada, con un desembolso total de 22 millones de euros. Los incorporaciones son el internacional mexicano Andrés Guardado, que llega libre del Deportivo de la Coruña, Jonathan Viera, de la UD Las Palmas, Joao Pereira, internacional portugués fichado del Sporting de Lisboa, el lateral francés Aly Cissokho y el delantero paraguayo Nelson Haedo Valdez. También se hace efectiva la opción de compra por el centrocampista Sergio Canales, que pasa a quedarse en propiedad. Un caso especial fue el del centrocampista internacional argentino Fernando Gago, que llegó como fichaje mediático tras haber pagado al Real Madrid 3,5 millones de euros. Sin embargo, su actitud indolente en el campo, especialmente tras el cese de Pellegrino, y su falta de adaptación a Valencia y al equipo, provocaron su salida en forma de cesión a Vélez-Sarsfield en el mercado de invierno.
El proyecto Pellegrino se tambalea
El "Flaco" no empezó con mal pie la temporada. Un empate en el Bernabéu y una derrota por la mínima en el Camp Nou dejaron buenas sensaciones. Pero ahí acabó prácticamente toro. Los malos resultados fuera de casa trajeron a Valencia sólo un punto de 15 posibles, y el mal juego desplegado en casa, a pesar de las victorias, pusieron al técnico en la cuerda floja nada más empezar. Pellegrino no conseguía implantar su juego y el equipo vagaba a la deriva sin un sistema claro, por lo que la afición comenzó a cuestionar las cualidades del míster.
Posteriormente llegaron derrotas humillantes, como la sufrida en La Rosalda (4-0), que dejaron a Pellegrino entre la espada y la pared, y provocaron que la afición volcase sus críticas hacia el palco. Los pitos hacia Llorente dejaron al Flacocon una sola bala para revertir la situación. Sin embargo, el 1 de diciembre, el partido de Liga contra la Real Sociedad en Mestalla resultó absolutamente desastroso, y los vascos humillaron al conjunto che con cinco goles que se fueron una daga para entrenador. Esa misma noche se anunció la destitución de Mauricio Pellegrino de su cargo. En ese momento el equipo era decimosegundo en la Liga y estaba más cerca del descenso que de la Champions League.
Llega Ernesto Valverde
48 horas después de la destitución de Pellegrino, el Valencia anuncia la contratación de Ernesto Valverde como nuevo entrenador, aunque sólo firma hasta el 30 de junio de 2013. El extremeño entrenaba por aquel entonces al Olimpiacos, pero no dudó en tomar las riendas de un club a la deriva, inmerso en un caos social reseñable y con una afición clamando contra la presidencia. Valverde era un viejo conocido de la Liga española, ya que había entrenado al Athletic de Bilbao, al Villarreal y al Espanyol, equipo con el que llegó a la final de la Copa de la UEFA. Con el Olympiakos griego había conquistado tres Ligas y dos Copas. La llegada de Valverde al banquillo supone una bocanada de aire fresco para el club. El técnico consigue imponer su estilo en poco tiempo y el equipo transforma radicalmente su imagen. Seis victorias, un empate y una derrota en ocho partidos convierten a Valverde en uno de los mejores debutantes en la historia del banquillo y dejan al equipo quinto, a tan sólo dos puntos de la cuarta plaza.
Sin embargo, una mala racha de tres partidos sin conocer la victoria devolvió a los blanquinegros a la realidad y los problemas sociales volvieron a surgir en masa. El aspecto deportivo parecía secundario y nadie sabía a ciencia cierta que iba a pasar con un club casi centenario. Los rumores de desaparición o de venta al mejor postor eran asiduos en la ciudad del Turia.
Vuelven los problemas sociales
Para entender la vorágine social acontecida esta temporada, hay que remontarse a 2009. Entonces, el club acometió una ampliación de capital de 92 millones de euros, siendo la Fundación del Valencia CF la que asumió el 80% del montante. Para obtener este capital, la Fundación obtuvo un crédito de Bancaja con la Generalitat Valenciana como avalista. Tras ello, el Valencia inició, con Manuel Llorente al frente, cuatro años de austeridad económica y nulos éxitos deportivos.
En 2011, el club alcanza un acuerdo con Bankia, entidad financiera nacida fruto de la fusión de Bancaja con otras Cajas españolas, según el cual los terrenos de Mestalla y de la ciudad deportiva de Paterna eran traspasados para refinanciar, de esa forma, las obras del nuevo estadio y zanjar, de manera definitiva, la deuda entre ambas partes. Sin embargo, un año después, Bankia se echó atrás al ser intervenida por el estado español.
El panorama era panorama desolador, y Manuel Llorente trabajó con el objetivo de refinanciar la deuda de más de 245 millones, a largo plazo. El consejo es incapaz de afrontar tal cantidad de dinero, y comienza el desfile de posibles inversores y salvadores, como el costarricense Mario Alvarado, diversos rumores de inversores árabes o el propio Fernando Gómez, que presentó un proyecto para presidir el club. Ninguna propuesta llega a buen puerto, y en enero de 2013 la Fundación se declara insolvente ante el préstamo pendiente y recurre, como última opción, al avalista, que no es otro que el gobierno autonómico.
La dimisión de Manuel Llorente
Con el club en manos de la Generalitat, ésta adelantó un pago de 4,8 millones de euros y comenzó a negociar con Bankia el pago del resto de la deuda. Dos meses después, se produce un nuevo revés ya que un juez anuló el aval, liberando de esa forma a la Generalitat. Bankia se encontraba en un callejón sin salida. Entonces, el Instituto Valenciano de Finanzas empezó a organizar la Fundación, máxima accionista del Valencia. Federico Varona fue elegido presidente de la Fundación. Dos días más tarde, Manuel Llorente anuncia su dimisión como presidente del Valencia, el 5 de abril. Su relevo provisional sería Vicente Andreu.
Más tarde, el que era, hasta entonces, vicepresidente económico de la Fundación, Aurelio Martínez, pasó a ocupar la presidencia y se reunió, a los pocos días, con Vicente Andreu y Manuel Llorente para tratar de buscar una solución viable para la entidad valencianista. Ya en el mes de mayo, con la temporada casi finalizando, tomó protagonismo Amadeo Salvo, director general de Power Elctronics, una de las empresas valencianas más importantes a nivel internacional, y vicepresidente deportivo de la Fundación. Escudado en la figura de Aurelio Martínez, Salvo presentó en rueda de prensa su proyecto deportivo "GloVAL". En la Junta General Extraordinaria de Accionistas, que se celebró el 4 de junio de 2013, Amadeo Salvo fue elegido, por una amplia mayoría, como nuevo presidente del Valencia CF. Finalizaba, de esta forma, la etapa de Manuel Llorente al frente del club, una oscura etapa marcada por la austeridad económica y la venta de jugadores estrella.
El equipo se aísla de los problemas sociales
Afortunadamente, Ernesto Valverde logró mantener al equipo aislado de todos estos asuntos extradeportivos y consiguió enlazar otra racha de cinco partidos invicto donde sumó tres victorias y dos empates. A falta de seis jornadas llegó un partido clave ante el rival directo por la plaza de la Champions, la Real Sociedad, en Anoeta. Pese a realizar un buen partido, el Valencia salió derrotado. El panorama era complicado, pero el equipo se propuso ganar todos los partidos restantes para alcanzar el objetivo, y a punto estuvo de lograrlo. El Valencia consiguió cuatro triunfos consecutivos ante Osasuna, Rayo, Getafe y Granada, llegando a la última jornada en cuarta posición y dependiendo de sí mismo para alcanzar el objetivo.
La derrota en Sevilla y el adiós de Valverde
Todo parecía hecho y los blanquinegros eran los favoritos para estar en la máxima competición continental. Sin embargo, un arbitraje polémico en Sevilla unido a la victoria realista en Riazor, devolvían a la tierra a los de Mestalla que finalmente tenían que conformarse con ser quintos y jugar la Europa League. Además, Valverde había comunicado a la plantilla antes del partido en el Pizjuan que no seguiría en el banquillo valencianista la siguiente temporada. Sus motivos, expuestos posteriormente en una sorprendente rueda de prensa, no eran otros que la inestabilidad social en la que el club estaba inmersa. Pese a que el nuevo presidente, Amadeo Salvo, trató de convencerle para seguir, Valverde ponía punto y final a su breve pero intensa etapa como entrenador del Valencia, con el sabor amargo de no haber alcanzado el sueño de la Champions.
Campeonato Nacional de Liga
Pellegrino no empezó con mal pie la competición liguera. Un empate en el Bernabéu con claras opciones de victoria supuso un arranque relativamente ilusionante, aunque el empate posterior en casa ante el Deportivo, tras ir ganando 3-1, y la derrota por la mínima en el Camp Nou en la tercera jornada, dejaron al equipo con dos puntos de seis posibles, un mal resultado pese a las buenas sensaciones ofrecidas por el equipo. El preocupante inicio se vio todavía más enturbiado debido al desastroso rendimiento lejos de Mestalla. Pese a que el equipo iba sacando los partidos de casa, con mal juego y, en algunas ocasiones en el tiempo de descuento, lo cierto es que el equipo sumó tan sólo un punto de 15 posibles en los primeros cinco partidos como visitante.
Real Madrid, Barcelona, Mallorca, Levante y Betis fueron las primeras salidas del equipo, que se saldaron con un único empate. No se volvió a puntuar fuera de casa hasta mediados de noviembre, cuando el Valencia arrancó otro empate, esta vez ante el Valladolid en el Nuevo Zorrilla. Entre medias, victorias en casa con mal juego ante el Celta, el Zaragoza y el Athletic de Bilbao, éste con gol en el descuento de Nelson Valdez. La afición únicamente pudo disfrutar realmente de la victoria en casa ante el Atlético de Madrid por 2-0, probablemente el único partido en el que el Valencia de Pellegrino dio la talla.
Después del empate en Valladolid, una victoria en Mestalla frente al Espanyol tras un polémico penalti que transformó Soldado unido a la humillante derrota que sufrieron los blanquinegros en campo del Málaga (4-0), dejaron a Pellegrino entre la espada y la pared. La afición no estaba contenta, no sólo con el entrenador, sino también con el presidente, Manuel Llorente, que empezaba a ser pitado por la afición. El 1 de diciembre llegó la última oportunidad para el técnico argentino ante la Real Sociedad en Mestalla, un equipo que llegaba lanzada tras haber estado su técnico también al borde de la destitución. El escenario, un Mestalla muy caldeado, y pese a que el partido empezó muy bien para los valencianistas con un gol de Soldado a los dos minutos, la Real Sociedad dio la vuelta al marcador y le endosó un contundente y humillante 2-5 al Valencia.
El resultado fue mortal para Pellegrino. La afición que clamaba contra presidente y entrenador y esa misma noche se anunció que la destitución de Mauricio Pellegrino como entrenador del Valencia CF. El argentino se mostró muy disconforme con la decisión, pero lo cierto es que el equipo ocupaba la duodécima posición, a 11 puntos del tercer puesto y más cerca del descenso que de la Champions con tan sólo 14 partidos disputados. La segunda etapa del argentino en la entidad che llegaba a su fin con un bagaje de dos puntos sobre 21 posibles lejos de Mestalla, el peor equipo de la Liga a domicilio.
Entonces llegó Ernesto Valverde y todo cambió de forma radical. El equipo sufrió un punto de inflexión inverosímil, que comenzó con una victoria fuera de casa en el complicado estadio de El Sadar ante Osasuna, algo que no sucedía en Liga desde hacía nueve meses, cuando el equipo derrotó al Athletic en San Mamés la temporada anterior. Esa victoria levantó el ánimo de un conjunto hundido, y aunque su primer partido en Mestalla fue un desastre, y el equipo cayó derrotado por la mínima ante el Rayo Vallecano, el técnico supo mantenerse al margen de la tensión y el siguiente partido, en el que el Valencia derrotó por 4-2 al Getafe en Mestalla, supuso el empujón definitivo hacia la parte alta de la clasificación.
Valverde comenzó a imponer su estilo y el Valencia empezó a dar una imagen muy distinta a la de la primera parte de la temporada. Seis victorias (Getafe, Granada, Sevilla, Deportivo, Celta y Mallorca), un empate (FC Barcelona) y una derrota (Real Madrid) en los siguientes ocho partidos, dejaron al equipo quinto a tan sólo dos puntos de la cuarta posición. Algo realmente impensable cuando el extremeño tomó las riendas del vestuario. Pero no todo iba a ser un paseo de rosas. Una racha de tres partidos sin conocer la victoria (Levante, Zaragoza y Athletic) devolvió a los blanquinegros a la realidad. Además, los problemas sociales comenzaban a surgir en masa.
Pese a ello, Valverde logró mantener al equipo aislado de todos los problemas extradeportivos y consiguió enlazar otra racha de cinco partidos invicto donde sumó tres victorias (Betis, Valladolid y Málaga) y dos empates (Atlético de Madrid y Espanyol). En medio de esta racha se había producido, incluso, la dimisión del presidente, Manuel Llorente. En la jornada 33 llegaba el momento de la verdad. El Valencia se enfrentaba a la Real en Anoeta en un duelo directo por la cuarta plaza ya que apenas dos puntos separaban a sendos conjuntos. Aunque el club de Mestalla se adelantó en el marcador, los vascos le dieron la vuelta al resultado y se llevaron la victoria por 4-2, dejando a los de Valverde a 5 puntos de distancia con tan sólo 15 por disputarse.
La remontada era muy complicada, pero equipo y entrenador se propusieron conseguir un pleno de victorias en los cinco partidos que quedaban para lograr el objetivo. El Valencia encadenó una racha milagrosa en la que consiguió 10 goles a favor y ninguno en contra, dando como resultado cuatro victorias consecutivas ante Osasuna, Rayo, Getafe y Granada, que junto con los empates de los donostiarras frente a Granada y Real Madrid ponían a los che cuartos con dos puntos de ventaja y con tan sólo tres por disputarse. La ilusión se había desbordado porque el equipo había conseguido depender de sí mismo.
Todo parecía hecho y los blanquinegros eran los favoritos para estar en la máxima competición continental la campaña próxima. El Valencia tenía que conseguir una última victoria en el Sánchez Pizjuán, frente al Sevlla. Sin embargo, un polémico arbitraje de Clos Gómez ayudó a que el equipo cayera derrotado por 4-3. Este resultado, unido a la victoria de la Real Sociedad en Riazor, que provocó el descenso del Deportivo, dejó a los de Mestalla quintos teniendo que conformarse con la Europa League. Además, Ernesto Valverde había comunicado a su plantilla justo antes del encuentro en el Pizjuan que no iba a renovar su contrato con el Valencia. Aquella fue una noche aciaga, para olvidar.
Copa del Rey
La trayectoria del Valencia CF en la Copa del Rey no fue excesivamente mala. Superó las rondas con relativa comodidad hasta que el Real Madrid se cruzó en su camino. El equipo comenzó la competición todavía bajo las órdenes de Mauricio Pellegrino, y afrontó una asequible primera ronda ante la Unió Esportiva Llagostera, de la Segunda División B. El conjunto che resolvió la eliminatoria prácticamente en la ida, con dos tantos producto de la estrategia y a balón parado, primero de Jonas y después de Valdez. El Valencia tiró de oficio para restañar la autoestima que estaba perdiendo en la Liga, donde la trayectoria empezaba a ser muy preocupante. De hecho, estábamos a finales de octubre y esta era la primera victoria que conseguí el equipo fuera de casa en partido oficial.
El partido de vuelta fue un mero trámite, en el que lo más destacable fue un golazo del francés Adil Rami desde su propio campo. El Valencia cumplió sin brillar ante un equipo ordenado, pero que nunca tuvo la opción de comprometer al conjunto local. Pese a ello, el Llagostera fue capaz de marcar un gol en Mestalla por medio de Nico, aunque el tanto llegó cuando su equipo ya perdía por 3-0, lo que no impidió que fuera muy festejado por los jugadores del equipo catalán.
Ya con Valverde en el banquillo, el Valencia se enfrentaba al Osasuna en su mini-gira por Pamplona, ya que sólo tres días antes el equipo che se había enfrentado a los rojillos en El Sadar en partido de Liga. Aquel encuentro fue el resurgir de los valencianistas, que encadenaron en la Copa una nueva victoria a domicilio por 0-2, lo que suponía el segundo triunfo consecutivo de Ernesto Valverde desde su llegada al banquillo. Osasuna buscó la revancha, pero se vieron frenados por un Valencia que, sin mucho brillo, dejó la eliminatoria muy encarrilada merced a los tantos de Parejo y Soldado.
En los cuartos de final esperaba el Real Madrid y, una vez más, la visita al Santiago Bernabéu terminó en polémica. El lamentable arbitraje de Muñiz Fernández privó al conjunto che, con sus decisiones, de la posibilidad de sacar un resultado positivo. Dos penalties claros no señalados, tres fueras de juego a Soldado que no eran, la expulsión de Ernesto Valverde por pedir un cambio, y un gol con la mano de Higuaín son bagaje suficiente para que el valencianismo se quejara de un nuevo agravio en el feudo madridista. El Valencia mereció más, pero acabó perdiendo por 2-0, demasiado castigo para un equipo que jugó bien, defendió bien, presionó y supo mover el balón, aunque fue de más a menos y en la segunda parte terminó desfondándose.
En el partido de vuelta, disputado el 23 de enero en Mestalla, el Valencia quedó definitivamente eliminado tras el empate (1-1) final. Los hombres de Valverde no fueron capaces de remontar el resultado adverso de la ida ante un rival que terminó el encuentro con nueve jugadores tras las expulsiones de Coentrao y Di María. Benzema adelantó a los blancos finalizando la primera parte y Tino Costa logró el empate en el segundo tiempo en un lanzamiento de falta directa desde fuera del área. El Valencia controló el partido, tuvo las ocasiones de mayor peligro y pudo conseguir la épica de la remontada, sobre todo tras las expulsiones rivales, pero la pegada del conjunto blanco volvió a aparecer cuando más lo necesitaba y el pase a semifinales cayó del lado visitante.
Champions League
La competición europea no fue tan estrepitosa como la Liga para Pellegrino. Mostrando una doble personalidad digna de diván psiquiátrico, el triste Valencia de la Liga en nada se parece al exitoso equipo de la Champions League. A pesar de comenzar la participación con derrota por la mínima en el Allianz Arena ante el que sería el campeón de Europa, el Bayern de Múnich, el equipo consiguió la clasificación para octavos al finalizar la liguilla en segunda posición del grupo F, empatado a puntos con el conjunto alemán.
En su complicado debut, que se produjo el 19 de septiembre de 2012 en tierras bávaras ante el campeón germano, el Valencia cayó derrotado por 2-1 ante el campeón germano, el rival más potente del grupo. El Valencia, que fue de menos a más, acabó pagando caro las pérdidas de balón y la pegada del contrario, que arruinó las esperanzas del Valencia cuando más buscaba el empate. Pese a ello, el gol que marcó Nelson Valdez en el descuento llenó de moral a un equipo que lo pasó muy mal en el Allianz Arena.
A partir de aquel doloroso golpe, todo serían buenas noticias. Cuatro victorias y un empate ante los alemanes, certificaron una trayectoria casi intachable que comenzó en Mestalla ante el Lille francés el 2 de octubre, equipo al que derrotó por 2-0. El equipo che firmó un triunfo muy trabajado, en el que era su partido centenario en la máxima competición europea. El Valencia, con ganas de encontrar su mejor versión, buscó la victoria desde los primeros compases y Jonas se convirtió en el salvador con los dos goles de la victoria.
El siguiente partido fue un festín para los valencianistas en su primera visita a la remota Georgia, donde el conjunto blanquinegro derrotó al líder del grupo y hasta entonces invicto, BATE Borisov, por 0-3 en un encuentro en el que los de Pellegrino comenzaron muy enchufados con ocasiones desde los primeros compases del encuentro, y en el que Roberto Soldado fue el auténtico protagonista marcando los tres goles de la victoria.
El Valencia continuó haciendo de Mestalla un fortín al vencer en la cuarta jornada al Bate Borisov por 4-2. Esta victoria ponía muy de cara la clasificación para la siguiente ronda, ya que los valencianistas se colocaban primeros de Grupo, igualando al Bayern de Munich y teniendo que recibirles en el siguiente encuentro. El equipo georgiano viajó a la ciudad del Turia para vengarse de lo ocurrido en Bielorrusia, pero los goles de Jonas, Soldado y Feghouli, por partida doble, privaron al equipo revelación de la Champions de seguir sorprendiendo en el Viejo Continente.
Todo parecía ser cosa de dos, y el Valencia, ya clasificado para los octavos de final, no pudo completar la gesta y empató con el Bayern de Múnich (1-1) en el que quizás fue el mejor partido de la corta etapa de Pellegrino. El conjunto che, que jugó casi todo el partido con un hombre menos por la expulsión de Barragán en el minuto 33, estuvo a punto de lograr la victoria. Feghouli llevó el éxtasis a la grada al estrenar el marcador en el minuto 77. Sin embargo, Muller acabó con las esperanzas locales al firmar el tanto del empate definitivo a siete minutos del final.
En el último partido de la fase de grupos, el Valencia no pudo arrebatarle el primer puesto del grupo al Bayern de Múnich pese a imponerse al Lille por la mínima (0-1), con un tanto de Jonas desde el punto de penalti. En este partido, Salvador González 'Voro' ocupó el lugar de Pellegrino en el banquillo, a la espera de que Ernesto Valverde se incorporase como nuevo técnico.
El Valencia llegaba a los octavos de final en su momento más feliz de la temporada, con un excelente nivel de juego y una impecable racha de resultados en Liga. El rival era el Paris Saint-Germain francés, y la oportunidad histórica única, sin embargo, nada salió como se esperaba y el conjunto de Ernesto Valverde fue barrido por los galos en el partido de ida (1-2), que se jugó en Mestalla el 12 de febrero de 2013. Dos tantos de Lavezzi y Pastore en la primera parte pusieron la eliminatoria muy complicada para los de Mestalla, que encontraron un suspiro de esperanza con un tanto de Adil Rami en el último minuto.
El 6 de marzo, el Valencia visitaba el Parque de los Príncipes lleno de moral. Todo eran alegrías en la competición doméstica y el equipo parecía capacitado para la remontada. Tras una excelente primera mitad, consiguió incluso lo más difícil, al adelantarse en el marcador gracias a un gol de Jonas a los diez minutos de comenzar la segunda mitad. Sin embargo, Lavezzi lograba marcar diez minutos después, y pese a que el Valencia lo intentó absolutamente todo, la suerte no estuvo de su lado. Los ches estuvieron a punto de alcanzar una remontada épica, pero se quedaron en el camino un año más.
Plantilla de la temporada 2012-2013
Presidente | Manuel Llorente, Vicente Andreu |
Entrenador | Alves, Guaita |
Porteros | Alves, Guaita |
Defensas | Barragán, Cissokho, Joao Pereira, Mathieu, Rami, Ricardo Costa, Víctor Ruiz |
Medios | Albelda, Banega, Bernat, Feghouli, Gago, Guardado, Parejo, Tino Costa |
Delanteros | Canales, Jonas, Piatti, Soldado, Valdez, Viera |