Ficha de partido: 27.09.1980: FC Barcelona 0 - 3 Valencia CF

Ficha de partido

FC Barcelona
FC Barcelona
0 - 3
Valencia CF
Valencia CF

Equipos titulares

Timeline del partido

escudo local
Inicio del partido
0'
escudo visitante
Daniel Solsona
25'
Daniel Solsona
31'
Fernando Morena
32'
Estella
41'
Descanso
45'
LandáburuCarrasco
57'
Daniel Solsona (Falta)
64'
Fernando Morena
64'
Sánchez Felip
73'
Darío FelmanEnrique Saura
81'
Orlando GiménezFernando Morena
86'
Final del partido
90'

Estadio



Nombre: Camp Nou
Aforo: 99.354 espectadores
Ubicación: Barcelona (Barcelona) 
Inauguración: 24/09/1957

Rival: FC Barcelona

Records vs FC Barcelona

Máximo goleador: Mundo Suárez (18 goles)
Goleador rival: Messi (31 goles)
Mayor victoria: 4 - 0 (18.04.1979)
Mayor derrota: 0 - 7 (03.02.2016)
Más repetido: 1-1 (36 veces)

Crónica

Noche agrdable, 21 grados de temperatura y gran entrada. Al principio, ánimos para los azulgrana, luego palmas de tango, bronca... y olés para el Valencia.

Goles: 24 m. Córner por la derecha a Amador. Sale el portero azulgrana, desvía de puño y el balón llega a Solsona, escorado a la izquierda que bombea suavemente ajustado el cuero a la escuadra. Un gol de tiralíneas. (0-1). 30 minutos. Colada de Saura por la izquierda con centro sin ninguna peligrosidad. Fallo garrafal de Amador que pierde el balón y Morena sólo tiene que empujarlo a la red. (0-2). 64 m. Falta sobre el portal de Amador a la izquierda del ataque valencianista. Saca Solsona, toca en la barrera descolocando al meta azuigrana y la pelota se cuela mansamente. (0-3).

Cuando por los altaoces del Camp Nou se anunciaron las alineaciones del Barca y Valencia pudo perfilarse perfectamente las cartas que iban a jugar los preparadores de los dos conjuntos. Kubala se decidía por el ataque montando un 4-3-3 que, gracias a la posición de media punta de Quini, se convertía en un 4-2-4, en un claro intento de ahogar la que se presumía iba a ser nutrida defensa valencianista. Por su parfe, Pasieguito optó por un prudente 4-4-2, con lo que, ya desde el principio, cedía el dominio territorial al adversario, pero se guardaba un as en la manga, una tremenda movilidad de todos sus hombres, especialmente los delanteros y los centrocampistas, que en un auténtico tourbillon arrasaron todas y cada una de las líneas azulgrana, convirtiendo al equipo en un pelele que bailó al son que ellos quisieron durante los noventa minutos del partido.

Bastó el primer tiempo Los primeros minutos del encuentro fueron un espejismo para el equipo blaugrana. Con Krankl y Carrasco muy estáticos en el centro del ataque y punta izquierda respectivamente, Simonsen y Quini se movían por toda la línea y el danés daba muestras de la malicia que albergan sus entregas, la facilidad con que se desmarca... y lo poco que se le comprende. Este espejismo se rompió pronto. Transcurría sólo el minuto 11 cuando una escapada de Subirats, con pase a Saura y espléndido taconazo de éste a Morena no se convirtió en gol porque el uruguayo no hizo honor a su fama de aprovechón, porque la ocasión, en verdad, era de oro.

A partir de aquí, un Barça lento, sin ideas, jugando en horizontal y recurriendo al más que manido sistema de bombear balones sobre el portal valencianista. Por contra, los hómbres de Pasieguito se desdoblaban con perfecta sincronización, rápidamente, buscando los espacios libres y llegando al área adversaria con el balón controlado. El centro del campo azulgrana era incapaz de parar aquel aluvión y la defensa, tanto por el centro como por las alas, hacía aguas. Si unimos a ello que Amador había dejado abierto el candado de su puerta, las ocasiones valencianistas fueron sucediéndose hasta que, por dos veces fructificaron.

Tal como se había desarrollado la primera mitad, comparando la seguridad de un equipo y la impotencia de otro, el partido estaba ya visto para sentencia. Sólo un milagro podía cambiar el signo del partido, pero los milagros no se producen cada día. Siempre es más fácil jugar a contragolpe, verlas venir, pero ello no quita un ápice del mérito del Valencia, que ha vuelto a sorprender a un Barcelona que no encuentra soluciones a los problemas que le plantea un equipo que juega bien al contragolpe... y esto que no es la primera vez que el equipo del Turia juega así y se lleva la victoria. Bastará recordar el partido de Recopa de la pasada temporada.

El Barca estaba desafinado ostensiblemente, pero en a reanudación salió el mismo equipo, por lo que era fácil deducir que si en la primera mitad no había podido romperse la muralla adversaria, más difícil iba a ser hacerlo ahora, con un Valencia crecido, sin nervios, más replegado y dispuesto a que fueran transcurriendo los minutos que faltaban para que el árbitro señalara el final. Fue así, en efecto. Siguió jugándose más en terreno valencianista pero los peligros eran para el portal barcelonista. Cuando subió el tercer gol de los visitantes al marcador no fue más que la confirmación de lo que habia quedado sobradamente demostrado en la primera parté, la diferencia entre los dos equipos, en todos los conceptos, era abismal. No habian mejorado las cosas, siete minutos antes del 0-3, con la entrada de Landáburu, porque el equipo estaba roto, sin ideas, y sin fuerzas. Ni el Pelé de sus mejores tiempos hubiese enderezado «aquello» que lo era todo menos la imagen de un equipo con aspiraciones campeoniles, de un equipo «triomfant». El Valencia, dueño y señor de la situación, siguió en plan estelar hasta el final, y si no aumentaron los guarismos del marcador, fue tanto porque marraron claras, clarísimas ocasiones, como porque, con los dos puntos asegurados, se dedicaron más a guardar la ropa que a nadar.

El Valencia jugó a lo grande. No se comprende cómo este equipo pudo perder en casa con el Hércules por 0-2. La baja de Kempes parece que haya dado alas a sus compañeros que han dado un auténtico recital ante la afición azulgrana, que ha acabado rindiéndoseles. Con el papel perfectamente aprendido, expeditiva la defensa, con un formidable juego de relevos en el centro del campo y muy móviles las puntas, el Valencia ha dado la sensación de equipo conjuntado moderno, que sabe lo que quiere y cómo lograrlo. Por lo visto, en el Camp Nou no vacilaríamós en augurarle grandes éxitos en el actual Campeonato de Liga. Claro que contra el Barcelona de anoche...