Inicio del partido

0'

Mariné

20'

Rafael Peral

28'

Descanso

45'

Martínez

50'

Lakatos

60'

Eduardo CubellsPenalty fallado

65'

Rodríguez

75'

Final del partido

90'

Hablar del partido último del Martinenc y el Valencia es transcribir una serie inacabable de buenas jugadas del equipo forastero y poner de manifiesto la pobre sensación de fútbol que dieron nuestros jugadores. No vamos a caer en el vicio de achacar la derrota a otras causas, que si en verdad existieron, no fueron suficientes para justificar el fracaso del once valenciano; así, del once porque en el match del domingo a todos cabe su culpa y cada uno de ellos debe cargar con su parte de responsabilidad. Verdad es que esta parte no debe ser igual para todos, y por ello vamos a especificar.

En primer término, a los delanteros no se les puede exigir que desarrollen buen juego, mientras éste no les sea bien servido. Aclaremos este punto; por todos es sabido que la línea media es el eje de todo equipo y que a ellas corresponde el eficaz servicio de balones a los adelantes; ahora bien, si los medios en vez de efectuar esta labor, con el acierto necesario, lo hacen como sucedió el domingo en el que cuando por rara casualidad atendían a esta modalidad técnica, lo hacían pasando el balón por alto, en vez de servirlo por tierra como debiera hacerse, el ataque hubiera ganado un cien por cien, puesto que al delantero le es más fácil transformar en una combinación el pase raso, que el que recibe por alto, porque de este modo tiene que atender al pase y al jugador contrario que espera marcando al delantero para estropear la combinación.

Y así sucedió en el match del domingo, queda descartada la línea delantera, a la que sólo cabe culpar de no tener una tarde afortunada recayendo la responsabilidad en su mayor parte sobre los medios y aún de éstos separando algo a Roca, que hizo inauditos esfuerzos por suplir el poco acierto de sus compañeros de línea. La defensa, como en el partido anterior, tampoco llegó a complementarse, y repetimos lo que dijimos en la pasada crónica: en los despejes aislados cumplieron como buenos, pero en la labor conjunta no llegaron nunca a una inteligencia entre ambos; esta es otra de las cosas a las que debe poner remedio quien tenga a su cargo velar por la buena organización del equipo.

Y del puerta Llago creemos injusto y falto de todo sentido lo que se ha dicho sobre él; siempre que actúa este modestísimo muchacho, lo hace con la voluntad que para sí quisieran algunos de los que visten el maillot blanco, y prueba de ello es lo que expone cuando de él depende el salvar el momento de peligro que sobre el marco que defiende se cierne, casi siempre motivado por alguna indecisión de sus compañeros. Nosotros creemos que es el menos culpable de la derrota del último partido.

Por su parte, el Martinenc jugó infinitamente mejor que el Valencia. Su guardameta, Pallejá, aunque jugó menos que el match anterior, tuvo una actuación bonísima. De la defensa, la labor de Teixidó superó a la de su compañero Flaquer, pero lo sencillamente admirable de este equipo fue el gran juego que desarrolló su línea media en la que el formidable Besas logró destacar notablemente por la grandiosidad del juego que desplegó, Blanco y Camorera fueron dignos complementos de aquel, y los tres juntos dieron el baño a nuestra línea de halves. Los adelantes forasteros como recibían con absoluta precisión, los pases que aquellos les daban no hicieron sino transformar éstos en peligrosas jugadas para nuestro marco; Rodríguez, Mariné y Lakatos lograron destacar en esta positiva labor.

Los tantos fueron obtenidos de la siguiente manera. Mariné, al aprovechar un flojo despeje de Piñol, fue quien consiguió el primer goal de la tarde. Antes que la primera parte terminara, Cubells lanzó un buen shoot que Teixidó interceptó y Peral, oportuno, mandó el balón a la red, logrando el empate. Poco después, y en uno de los momentos en que dominó el Valencia, Peral, desde lejos, remató fuertemente Pallejá al intentar para la pelota, se le fue de las manos, Martínez shootó de nuevo y otra vez despejó el puerta catalán débilmente, recogiendo Cubells el balón, introduciéndolo en el marco. Este tanto lo anuló injustamente, a nuestro entender, el árbitro, por offside de Cubells.

A poco de comenzado el segundo tiempo, Martínez se hizo con el balón y en un gran avance personal, en el que dribló a Comorera y a Teixidó, de colocado tiro deshizo el empate. Lakatos fue el que logró empatar de nuevo de fuerte shoot raso al ángulo y Cubells tiró un penalty por manos clarísimas de Comorera en el área, dando el balón en el poste. Rodríguez consiguió el último goal que dio la victoria a su equipo.

Don Augusto Milego fue quien dirigió el match, y respecto a su arbitraje, opinamos nosotros que si bien hizo una labor imparcial, al no dar por válido el goal que consiguió Cubells, y que anuló por offside, tuvo merecida la bronca que el público le prodigó.