Inicio del partido

0'

Antonio PoyatosAsist: Enrique Romero

15'

Antonio PoyatosAsist: Pedja Mijatovic

34'

Descanso

45'

IdiákezLoren

45'

Karpin

50'

Enrique RomeroAsist: Oleg Salenko

52'

De PedroUría

54'

Idiákez

60'

Luis Pérez

61'

Álvaro CerveraAsist: Oleg Salenko

64'

Lubo PenevOleg Salenko

66'

Carlos ArroyoÁlvaro Cervera

82'

Fuentes

87'

Final del partido

90'

Junto a las visitas del Madrid y del Barcelona, la de la Real Sociedad supuso ayer un gran espectáculo. Uno de los mejores partidos de la temporada en Mestalla, con dos equipos descarados y valientes, siempre en busca del gol. El fútbol salió ayer reforzado del estadio local, en una tarde que asienta las esperanzas europeas del Valencia y cierra una racha de casi tres meses magníficos de la Real. El partido se abrió al cuarto de hora con un cabezazo de Poyatos a la salida de un córner. El Valencia había comenzado el partido tocando el balón majestuosamente y dando una sensación clara de superioridad. Sin embargo, la Real no se rendía. Ofrecía una imagen altiva, como no aceptando lo que se le venía encima. El pésimo día de Loren, que había fallado en el primer gol, se completó con el segundo, de muy parecida factura y mismo autor.

Desde ese momento hasta el final de la primera mitad, la Real Sociedad fue mejor que el Valencia. Tuvo más tiempo el balón y lo trató mejor. Fue la tónica de un partido de toma y daca, que acabaría inclinándose del lado valencianista. La segunda parte empezó como la primera. El Valencia obtuvo un gol más y el estadio anticipó erróneamente una fiesta que tuvo que esperar. La razón fue un par de goles rápidos y fugaces de la Real. Salva Iriarte, el técnico vasco, puede apuntarse un tanto sin rubor. Sus cambios, Idiakez y De Pedro, revolucionaron a su equipo y le dieron un tono extremadamente agresivo.

El partido se volvió loco en un minuto fatídico para el Valencia. Los goles de De Pedro y Luis Pérez llevaron el nerviosismo a las gradas y al campo. Pero una acción sorprendente de Alvaro tres minutos después de la remontada guipuzcoana supuso el 4-2 definitivo. La tarde entró entonces en una fase intensísima. Ambos equipos se dedicaron a solucionar el partido, independientemente del marcador. La Real para empatarlo y el Valencia para aumentar su ventaja, ya que el resultado, aunque era claro, no había hecho justicia.

A partir del 4-2, el equipo de Parreira hizo su mejor fútbol ante una Real Sociedad muy abierta, que jugaba y dejaba jugar. El Valencia perdonó un buen puñado de ocasiones, pero no perdió en ningún momento el mando del encuentro.