Inicio del partido

0'

José Cerveró

21'

Pachín

27'

Descanso

45'

Óscar Rubén ValdezJuan Daniel Cordero

45'

Manuel Botubot

46'

CosQuini

54'

Pachín

67'

Javier SubiratsDarío Felman

68'

Ricardo Arias

75'

Final del partido

90'

El Burgos ha superado de principio a fin al Valencia, de forma especial en la segunda mitad en que sólo hubo un equipo sobre el terreno de juego, el de casa. De salida, y dada la importancia de los puntos, los dos equipos adoptaron unos fuertes sistemas de marcaje, en especial los valencianos, con la sola presencia en punta de Felman y sólo a ráfagas con el concurso de Saura y Kempes, más preooupados en contener que en profundizar.

Marcel Domingo, en la pizarra de alineacion sorprendió con la inclusión de Cordero, un teórico defensa, que fue alineado con la exclusiva misión de anular a Valdés, el canalizador del juego burgalesista. La verdad es que esta medida obtuvo algunos frutos, pues el centrocampista no pudo jugar a sus anchas como en él es habitual, si bien el Valencia se veía entorpecido al contar con un hombre prácticamente nulo en lo que se refiere a crear y construir. La llegada del gol local empezó a resquebrajar el sistema levantino, que ya no era útil ni positivo para intentar cambiar el marcador. De ello se dio cuenta Marcel Domingo, pues en el segundo tiempo hacía el cambio de Cordero por Valdez y casi a continuación el del Felman por Subirats. Aquí, en este justo momento, minuto 65 de partido, cambió la decoración de forma radical con la llegada poco después del segundo tanto de Pachín y de la imposición total de un Burgos sobre un Valencia que ante la distancia clara del marcador se puso muy nervioso rompiendo todos los marcajes y quedando a merced de sus oponentes, que bordaban un fútbol rápido, coherente y profundo, difícil de contener.

El juego ofensivo del Valencia brilló por su ausencia como lo prueba el hecho de que Navarro pasó una tarde apetecible sin problemas y trabajo. Sólo un remate de Kempes en el primer periodo estuvo cerca del gol, pero aquí quedó la pólvora valenciana y también la del goleador argentino, que en su visita a El Plantío ha pasado con más pena que gloria y eso que no tuvo tras de sus botas a un marcador, sino que sus intentivas atacantes eran perfectamente anuladas en
aquellas zonas que pisaba.

Por el contrario, el Burgos tuvo en Pachín a la figura de la tarde tanto por su acierto rematador como por su inteligencia y perfecta visión del fútbol. Siempre en media punta más que en delantero estático, hizo estragos en la defensa valenciana haciendo mover con rapidez, decisión y desdoblamiento a sus extremos Teca, Quini y Cos cuando salió en el segundo tiempo. Además, en este periodo entraron en acción los laterales Gómez y Rubiñán, que hasta entonces habían guardado bastante reservonamente sus parcelas. Al quedar roto el esquema del Valencia vino el descalabro del once de Marcel Domingo y el cúmulo de aciertos burgaleses. El Valencia ha defraudado y se ha ido justamente derrotado por un Burgos que ha dejado plenamente satisfecha a la parroquia y que ha demostrado estar en un momento óptimo de juego.