Ficha de partido: 18.09.2008: CS Marítimo 0 - 1 Valencia CF

Ficha de partido

CS Marítimo
CS Marítimo
0 - 1
Valencia CF
Valencia CF

Equipos titulares

Timeline del partido

escudo local
Inicio del partido
0'
escudo visitante
Fernando MorientesAsist: Miguel Ángel Angulo
12'
Olberdam
29'
Edu Gaspar
33'
Descanso
45'
Bruno FogaçaPedro Moutinho
56'
Iván Helguera
56'
ManuLelo
58'
Manuel FernandesEdu Gaspar
69'
David Albelda
71'
Juan MataNikola Zigic
74'
Pablo Hernández
74'
David VillaFernando Morientes
76'
David Villa
80'
Final del partido
90'

Estadio



Nombre: Dos Barreiros
Aforo: 8.922 espectadores
Ubicación: Funchal (Madeira) 
Inauguración: 25/06/1927

Rival: CS Marítimo

Records vs CS Marítimo

Máximo goleador: David Villa (1 goles)
Goleador rival: Marcinho (1 goles)
Mayor victoria: 1 - 0 (18.09.2008)
Mayor derrota: Ninguna
Más repetido: 1-0 (1 veces)

Crónica

El Valencia se reencontró anoche con la Copa de la UEFA y lo hizo con buen pie en lo que al marcador se refiere, pero dejando muchas dudas en su juego, malo durante demasiados minutos, sin saber como meterle mano al partido. Fue el de Emery un equipo sin fútbol, con errores de bulto, deficiencias individuales que sirvieron para dejar a más de un habitual suplente con las vergüenzas al aire. Futbolistas como Del Horno, Helguera o Zigic están obligados a dar un nivel muy superior.

Al final, al menos, se logró el objetivo. Un buen resultado. Mínimo, sin encajar un gol, más que suficiente para afrontar el compromiso de vuelta en Mestalla con todas las garantías, entre otras razones porque el rival es un equipito trabajador, correoso, íntegro, pero nada más. En la Liga española no estaría en Primera. Seguro. El Valencia obtuvo lo que quería y Emery pudo dar descanso a algunos de sus titulares.

El conjunto valencianista no aparecía en la Copa de la UEFA desde que jugó su último encuentro en Bucarest ante el Steaua, choque cuyo desenlace significó el despido de Claudio Ranieri. Anoche la imagen no fue mejor en un primer tiempo en el que no jugó a nada. El madrugador gol de Morientes no ayudó. El equipo mostró unas carencias impropias de profesionales del máximo nivel. Ni el mal estado del terreno de juego puede ser atenuante en esta oportunidad.

El Valencia dio una imagen en este periodo inicial de equipo remendado en el que se echó en falta en exceso la ausencia de algunos jugadores titulares, hoy por hoy insustituibles. Hubo futbolistas que, con su actuación, demostraron que no pueden estar ahora mismo entre los once que saltan al campo. Emery habrá extraído conclusiones muy claras al respecto. Es incomprensible que no se entregara más el balón a Edu, el único capaz de dar sentido a la circulación del mismo. La banda izquierda no existió con Del Horno y Angulo. Y el asturiano va a todas, pero no es extremo. Y menos zurdo. Pablo, en la derecha, tampoco entró como debía.

Excesivos lunares ante un rival entusiasta pero débil, inocente, que nunca presionó y que mantuvo a tres centrales atrás -Olberdam, Cardozo y Guilherme- inamovibles para vigilar a Morientes y Zigic. Jamás salieron de la cueva. Fue una zaga la local con el defensa libre de antaño. Pero tres hombres espigados, lentos y sin excesivos recursos técnicos. No se supo sacar provecho.

Hay que quedarse con el golazo que Morientes, tras asistencia de Pablo, se fabricó como sólo él es capaz de hacerlo. Controló, avanzó unos pasos y, con el exterior de su bota derecha, cruzó de manera magistral para llevar el balón a la red. Fue un toque excelso. Lo dicho, un golazo con el que entró en la Copa de la UEFA como los grandes. Como merece. A tal señor, tal honor.

Tras el descanso dio la impresión de que el Valencia salió con otro aire. Más suelto y rápido en las contras, lo que le permitió crear dos opciones claras de gol en una franja de cinco minutos. En la primera dio la sensación de que hubo un claro penalti a Angulo que el árbitro se tragó y, acto seguido, combinación Morientes-Zigic que el serbio no logró finalizar. Aunque sin llegar a jugar y dominar como lo hizo en la segunda parte en Almería, el Valencia mostró otro aire. También las mismas deficiencias, pero le echó más ganas. Algo es algo.

Sin embargo, duró poco. El partido volvió a tornarse malo, por momentos tedioso, soporífero, apareciendo otra vez las imprecisiones, los errores, por supuesto bajo la persistente lluvia que no dejó de caer. Zigic se marchó sin aprovechar la oportunidad, sin reivindicarse. Entró Mata para ubicarse en su banda, la izquierda, pasando Angulo a acompañar a Morientes en ataque. Ligera permuta, pero más sensata en busca de jugar el balón ante las tres torres del equipo local.

El Marítimo, sin embargo, pudo empatar en un lanzamiento de Marcinho, pero el balón se estrelló en el larguero. Luego tendrían otro palo. El Valencia, de ahí al final, vivió de la renta, corta y peligrosa. Angulo y Villa, que entró en la recta final, pudieron marcar en los últimos coletazos, pero estuvieron como la noche. De hecho el concurso del goleador valencianista, reservado de inicio, es difícil de entender. Entró en un campo impracticable, ante un rival desesperado y terminó con un posible esguince de tobillo. ¿Era necesario, Unai?