Ficha de partido
Valencia CF
1 - 1
RCD Espanyol
Equipos titulares
Timeline del partido
Inicio del partido
0'
Descanso
45'
Solsona
55'
Kurt JaraSergio Manzanera
65'
Juan Cruz SolAsist: Antón Martínez
86'
Final del partido
90'
Estadio
Rival: RCD Espanyol
Records vs RCD Espanyol
Máximo goleador: Mundo Suárez (21 goles)
Goleador rival: Prat (9 goles)
Más partidos: Juan Ramón Santiago (28 partidos)
Mayor victoria: 4 - 0 (19.10.2003)
Mayor derrota: 0 - 7 (10.06.1928)
Más repetido: 2-1 (25 veces)
Crónica
Veinticinco mil espectadores acudieron al Luis Casanova con tracas y banderas para recibir una satisfacción del equipo que entrena Ciric, confirmando la recuperación que el Valencia apuntaba desde que hace ocho dias lograra empatar en las Islas Afortunadas. Pero esos veinticinco mil espectadores volvieron una vez más a sus casas defraudados, porque su equipo no consiguió doblegar a un Español sobrio y regular que sabe sacar el máximo provecho de sus posibilidades cada vez que juega lejos de Sarriá. El empate a un gol ha vuelto a delatar la buena trayectoria del bando blanquiazul y a truncar el esperado resurgir de los valencianistas, que, a cinco minutos del final, tenían el marcador en contra.
A veces, cuando apenas hace unos minutos que un equipo ha saltado a un terreno de juego adverso, se nota a primera vista que el visitante tiene entidad y que puede ser peligroso. El Español entró en Mestalla pisando fuerte, dando la sensación de categoría y de saber hacer las cosas. Dos hombres en punta, Amiano y Aslund, sobre todo éste, un grueso pelotón de trabajo en el centro del campo, y una defensa resolutiva y sin alardes preciosistas, formaron un bloque inexpugnable para un Valencia que intentaba y no podía abrir huecos por cualquer flanco. En el minuto 2, Valdez abrió fuego con un cabezazo a centro de Claramunt, que saldría fuera, y en el 4, Aquino disparó desde lejos saliendo el balón desviado. Fue una réplica casi inesperada y que el cuadro local tomó en consideración rápidamente. Había enemigo. Sol y Clararnunt intentaron dirigir el equipo hacia un ataque inicial que les avasallara, pero la organizada cobertura blanquiazul se encargó de que este ataque fuera en su mínima expresión. Las combinaciones Keita-Quino no tuvieron la misma efectividad que lucimiento, y únicamente se pudo destacar del primer período cinco remates de Quino; Keita quedó anulado por Molinos, Valdez por Ramos y Sergio se desdibujó por sí solo.
Aquella primera sensación de categoría que dio el Español fue confirmándose conforme los minutos transcurrían, con un Solsona que debería marcar a Tirapu, y que tuvo que ser éste quien sujetara al interior visitante; un José María que resolvió siempre en el centro del campo; un De Felipe que lo cortaba todo y, en defintiva, una profunda red que hacía imposible el desenvolvimiento de las figuras de Mestalla.
El primer período fue aburrido. Esos marcajes resultan tan efectivos para el visitante como engañoso para el espectáculo que, desgraciadamente, no existió. Quzás si Santamaría hubiera ordenado a sus jugadores que se cuidaran más del ataque, que salieran los defensas y que se jugase con tres delanteros, nos hubiéramos divertido más, pero seguramente el Español contaría con un punto menos. Las alegrías en el fútbol, reconozcámoslo, solamente están permitidas en los partidos amistosos. La Liga es larga y dura y sumar el mayor número de puntos es el objetivo de cada cual. El Español no vino a deleitar a los espectadores, sino a hacer su partido y a sacar el máximo rendimiento a los noventa minutos de juego.
El único jugádor que en todo momento se mantuvo en punta fue Aslund. Amiano le ayudó a menudo, sobre todo en el segundo tiempo, pero tuvo que bajar muchas veces para atar nudos en la confección de la red. Apenas llevó peligro el Español a la meta de Balaguer en el primer período; tan sólo unos disparos desde lejos de Cuesta, Amiano y Solsona que sirvieron para que Jesús Martínez no abandonara nunca su posición de último defensa, ni para que Cerveró ni Añtón se escaparan con alegrías.
Casi sin dar tiempo a que los aficionádos tomaran asiento tras el descanso, llegó el primer gran susto de la noche. Sergio lanzó un fuerte chut desde su banda derecha, tan cerrado que dio con el poste contrario, Bertomeu no tuvo tiempo de reaccionar ante el tremendO disparo, sus manos no pudieron controlar, el esférico y por fin surgió la bota providencial de Ramos que conjugaría tan embarazosa situación. Esta fulminante salida hizo pensar en un Valencia distinto al de minutos antes. Todos esperábamos un ataque masivo de la muchachada valenciana, pero el Español estaba tan entonado, como en el primer tiempo. Fue Cuesta quien más apoyó a la cobertura y Amiano tomó una posición más incordiante para la zaga levantina. Su presencia en el césped, junto con la del sueco debutante, eran un incordio para los Martínez, Cerveró, Sol y compañía.
En el minuto 10, Solsona cogió un despaje de la defensa local y sin pensárselo dos veces lanzó un trallazo fulminante que dejó helado al público de Mestalla. Fue un remateimparable. El Español se adelantaba en el marcador y la ansiada resurrección del Valencia no llegaba en la medida que las circunstancias requerían. Solsona consiguió un gol providencial que valdría un positivo da mucho valor.
La entrada de Jara en el Valencia, más incisivo que Sergio, influyó para que los locales buscaran con más ardor la igualada, aunque no por ello el acierto les acompañase. A partir de una buena oportunidad de Cuesta, que envió fuera un balón a saque de córner de su zona, el Valencia se creció considerablemente, colgando balones a cada momento sobre el portal de Bertomeu y disparando desde fuera del área a la más minima ocasión. Posiblemente fueran unos ataques sin orden ni concierto, entre otras cosas porque la defensa blanquiazul lo salvó todo. Pero tanto llega el cántaro a la fuente, que Sol logró el empate. En su elaboración, de forma concreta y en el nuevo aire valencianista, tuvo mucho que ver Antón, que conserva una inmensa preparación física y un empuje sensacional que catapultó al equipo hacia el marcó contrario.
Los últimos minutos fueron de auténtico agobio para Bertomeu. Keita, Jesús Martínez, Sol, Jara, Valdez... todos ensayaron el disparo desesperadamente para dar la vuelta al partido, pero éste concluyó con el justo empate a uno. En líneas generales, el partido no fue brillante. Fue un encuentro más de los que estamos acostumbrados a ver cada domingo. Únicamente la emoción de los minutos finales y algunas jugadas aisladas dieron colorido a una contienda en la que el Valencia causó una impresión bastante pobre cara a lo que de sus figuras cabe esperar. El Español fue a puntuar y lo consiguió con inteligencia, con un equipo que está capacitado para dar bastante más en la Liga. Hombres como Ortiz, Aquino, para quien el fútbol parece la cosa más fácil del mundo; Solsona, con unas ideas clarismas; Molinos, capaz de eclipsar a cualquier estrella de alto renombre; José María, modelador y conductor; Amiano, luchador infatigable y en general, todos los albiazules dieron un mazazo a un equipo de los más prestigiosos del país.
A veces, cuando apenas hace unos minutos que un equipo ha saltado a un terreno de juego adverso, se nota a primera vista que el visitante tiene entidad y que puede ser peligroso. El Español entró en Mestalla pisando fuerte, dando la sensación de categoría y de saber hacer las cosas. Dos hombres en punta, Amiano y Aslund, sobre todo éste, un grueso pelotón de trabajo en el centro del campo, y una defensa resolutiva y sin alardes preciosistas, formaron un bloque inexpugnable para un Valencia que intentaba y no podía abrir huecos por cualquer flanco. En el minuto 2, Valdez abrió fuego con un cabezazo a centro de Claramunt, que saldría fuera, y en el 4, Aquino disparó desde lejos saliendo el balón desviado. Fue una réplica casi inesperada y que el cuadro local tomó en consideración rápidamente. Había enemigo. Sol y Clararnunt intentaron dirigir el equipo hacia un ataque inicial que les avasallara, pero la organizada cobertura blanquiazul se encargó de que este ataque fuera en su mínima expresión. Las combinaciones Keita-Quino no tuvieron la misma efectividad que lucimiento, y únicamente se pudo destacar del primer período cinco remates de Quino; Keita quedó anulado por Molinos, Valdez por Ramos y Sergio se desdibujó por sí solo.
Aquella primera sensación de categoría que dio el Español fue confirmándose conforme los minutos transcurrían, con un Solsona que debería marcar a Tirapu, y que tuvo que ser éste quien sujetara al interior visitante; un José María que resolvió siempre en el centro del campo; un De Felipe que lo cortaba todo y, en defintiva, una profunda red que hacía imposible el desenvolvimiento de las figuras de Mestalla.
El primer período fue aburrido. Esos marcajes resultan tan efectivos para el visitante como engañoso para el espectáculo que, desgraciadamente, no existió. Quzás si Santamaría hubiera ordenado a sus jugadores que se cuidaran más del ataque, que salieran los defensas y que se jugase con tres delanteros, nos hubiéramos divertido más, pero seguramente el Español contaría con un punto menos. Las alegrías en el fútbol, reconozcámoslo, solamente están permitidas en los partidos amistosos. La Liga es larga y dura y sumar el mayor número de puntos es el objetivo de cada cual. El Español no vino a deleitar a los espectadores, sino a hacer su partido y a sacar el máximo rendimiento a los noventa minutos de juego.
El único jugádor que en todo momento se mantuvo en punta fue Aslund. Amiano le ayudó a menudo, sobre todo en el segundo tiempo, pero tuvo que bajar muchas veces para atar nudos en la confección de la red. Apenas llevó peligro el Español a la meta de Balaguer en el primer período; tan sólo unos disparos desde lejos de Cuesta, Amiano y Solsona que sirvieron para que Jesús Martínez no abandonara nunca su posición de último defensa, ni para que Cerveró ni Añtón se escaparan con alegrías.
Casi sin dar tiempo a que los aficionádos tomaran asiento tras el descanso, llegó el primer gran susto de la noche. Sergio lanzó un fuerte chut desde su banda derecha, tan cerrado que dio con el poste contrario, Bertomeu no tuvo tiempo de reaccionar ante el tremendO disparo, sus manos no pudieron controlar, el esférico y por fin surgió la bota providencial de Ramos que conjugaría tan embarazosa situación. Esta fulminante salida hizo pensar en un Valencia distinto al de minutos antes. Todos esperábamos un ataque masivo de la muchachada valenciana, pero el Español estaba tan entonado, como en el primer tiempo. Fue Cuesta quien más apoyó a la cobertura y Amiano tomó una posición más incordiante para la zaga levantina. Su presencia en el césped, junto con la del sueco debutante, eran un incordio para los Martínez, Cerveró, Sol y compañía.
En el minuto 10, Solsona cogió un despaje de la defensa local y sin pensárselo dos veces lanzó un trallazo fulminante que dejó helado al público de Mestalla. Fue un remateimparable. El Español se adelantaba en el marcador y la ansiada resurrección del Valencia no llegaba en la medida que las circunstancias requerían. Solsona consiguió un gol providencial que valdría un positivo da mucho valor.
La entrada de Jara en el Valencia, más incisivo que Sergio, influyó para que los locales buscaran con más ardor la igualada, aunque no por ello el acierto les acompañase. A partir de una buena oportunidad de Cuesta, que envió fuera un balón a saque de córner de su zona, el Valencia se creció considerablemente, colgando balones a cada momento sobre el portal de Bertomeu y disparando desde fuera del área a la más minima ocasión. Posiblemente fueran unos ataques sin orden ni concierto, entre otras cosas porque la defensa blanquiazul lo salvó todo. Pero tanto llega el cántaro a la fuente, que Sol logró el empate. En su elaboración, de forma concreta y en el nuevo aire valencianista, tuvo mucho que ver Antón, que conserva una inmensa preparación física y un empuje sensacional que catapultó al equipo hacia el marcó contrario.
Los últimos minutos fueron de auténtico agobio para Bertomeu. Keita, Jesús Martínez, Sol, Jara, Valdez... todos ensayaron el disparo desesperadamente para dar la vuelta al partido, pero éste concluyó con el justo empate a uno. En líneas generales, el partido no fue brillante. Fue un encuentro más de los que estamos acostumbrados a ver cada domingo. Únicamente la emoción de los minutos finales y algunas jugadas aisladas dieron colorido a una contienda en la que el Valencia causó una impresión bastante pobre cara a lo que de sus figuras cabe esperar. El Español fue a puntuar y lo consiguió con inteligencia, con un equipo que está capacitado para dar bastante más en la Liga. Hombres como Ortiz, Aquino, para quien el fútbol parece la cosa más fácil del mundo; Solsona, con unas ideas clarismas; Molinos, capaz de eclipsar a cualquier estrella de alto renombre; José María, modelador y conductor; Amiano, luchador infatigable y en general, todos los albiazules dieron un mazazo a un equipo de los más prestigiosos del país.